viernes, 28 de octubre de 2011

Sobre Pablo:

Cuando Miguel Angel (nuestro coordinador de blog) me pidió que escribiera algo sobre Pablo –el mismo día de su muerte- dudé un poco… Miguel me dice en su mail “vos que lo conociste”. Me pregunto: ¿realmente lo conocí? ¿Es posible conocer la complejidad de una persona? ¿Qué es conocer a alguien? Los Psicólogos Sociales (y Pablo lo era cabalmente) trabajamos mucho lo vincular y ya el Maestro Enrique Pichon-Riviére lo había enunciado claramente hace mas de 40 años. “Vinculo: estructura compleja que incluye un Sujeto, un objeto (que es otro Sujeto) y mutuos procesos de comunicación y aprendizaje”.

Yo no se si conocí bien a Pablo. La memoria nos juega mal a veces a los seres humanos, sobre todo cuando hemos transitado muchos años y muchas vicisitudes. Creo sí haberlo conocido aproximativamente y haber tenido bastante comunicación con él, sobre todo tiempo atrás, ya que estos últimos años estábamos los dos bastante distanciados por diferencias teóricas y académicas.

Me hubiera gustado ciertamente poder debatir estas diferencias con él. No se dio la oportunidad. Sin embargo y porque creo profundamente en la construcción del saber desde la diferencia, siento la necesidad de decir algunas cosas que sí pude conocer de Pablo: era un “transgresor” como corresponde a todo psicólogo social en serio. Lo era en sus construcciones teóricas y sus importantísimos aportes al respecto y lo era –sobre todo en su práctica cotidiana como terapeuta, siempre dispuesto a “atender” a sufrientes del alma que otros terapeutas descartaban… y lo era también como docente y pedagogo.

Hace unos diez años más o menos, recuerdo que yo hice una exposición de pinturas mías al pastel y una de ellas hacía referencia a un hombre que araba la tierra con un “arado a mancera” cuyas riendas virtuales llegaban a las estrellas… lo había titulado “Utopía”. Pablo me compró el cuadro y lo colgó en su consultorio de la calle corrientes.

Muchos años antes lo había conocido como profesor de psicología social cuando yo cursaba en la UNER la carrera de Trabajo Social.

Bastante tiempo después, en febrero de 2004 un día me llama por tel., a mi casa y me dice más o menos esto: Hugo, tenés que presentarte al concurso de psicología social que se va a convocar para conformar el equipo de cátedra en la UADER y vos tenés que estar ahí por tu “experiencia comunitaria”. Ese año recién se creaba la cátedra para el cuarto año de la carrera de psicología y el era el titular designado.

Pero volviendo al inicio de estas líneas, ¿qué testimonio puedo dar de Pablo?: que fue siempre un creador, un maestro y un terapeuta en Psicología y en la vida… y no es poco, por cierto. Su ausencia física seguramente se hará sentir, como corresponde por otra parte a toda persona que como él dejan “huellas”.


Hugo A García
Paraná, viernes 28 de Octubre de 2.011

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