sábado, 25 de junio de 2011

Espacio de Taller-Debate: Psicólogos para qué y para quién

SEMINARIO PICHON-RIVIERE COMO AUTOR LATINOAMERICANO

Estimados amigos/as: los/as invito a participar del Seminario Pichon-Riviere como Autor Latinoamericano que se realizará en el mes de Septiembre de 2011 en la Biblioteca Nacional, organizado por el equipo de investigación que coordino. Será un gusto contar con la participación de ustedes y desde ya les agradezco la difusión que puedan realizar de la actividad.


Cordialmente.
Fernando Fabris
 

sábado, 18 de junio de 2011

Dibujos de Ivan

En la comisión 3 de los dias miercoles tenemos un compañero que se llama IVAN CAPRIZ que además de estudiar la licenciatura en psicología es un artista plástico. Le hemos encomendado la tarea de diseñar varios "logos" del Proyecto Casa Solidaria para que los compañeros en situación de calle elijan el que mas los represente. Ahora tomando varios dibujos muy bien logrados de Ivan lo subimos a nuestro blog con el fin de resaltar la importancia de la relación entre ARTE Y SALUD MENTAL. Un abrazo!

Ensayos 2011

Este año los compañeros comenzaron a hacer "Ensayos" como hicimos en años anteriores. Realmente algunos están muy buenos y vale la penar compartirlos en nuestro Blog.

"TRABAJO PRÁCTICO Nro 1"
"Dificultades y Resistencias grupales"
“Aprendiendo a ser Sujetos del vivir cotidiano”
"El equipo de futbol y su hinchada"
"Se desarticuló el silencio de lo siniestro"
“El rol psicólogo en la construcción de la salud mental”


Observación general de los ensayos: es notable el compromiso que han tenido en este cuatrimestre los compañeros, lo que pueden disfrutar y aprender de la propuesta de la cátedra; que hoy por hoy puedan darse cuenta que en algun punto han sido individuos pero que de pronto y en un abrir de ojos se conocen, o tenían algun acercamiento visual, corporal, afectivo que hasta el momento no había sido percibido sólo cuando esto se transformó en un emergente que empezó a generar vínculos que nunca proyectaron en hacer. Así tambien destaco lo pendientes que están de los compañeros que ya no están, aquellos que por multiples razones abandonaron la cátedra; y también como se pueden posicionar en un rol activo de que lo que se propone es un "aquí y ahora conmigo" que resulta complicado desde las primeras vivencias. Esto es algo que se trabaja y re-trabaja siempre porque no es algo que se da de un día para el otro. Esta bueno que hayan tenido en cuento lo vivencial, asi sea lo más sencillo; que sus trabajo les remitan a labores anteriores que han tenido con la comunidad; que hayan podido integrar poemas, canciones que remiten mucho y resuenan al "yo-tú" de cada compañero y lograr un habla entre autores de diferentes épocas. Felicito tambien que hayan podido tener en cuenta el material del blog de cátedra.
Algo que me gustaría recomendar es que para los próximos ensayos hagan preguntas lo mas abiertas posibles: usando los "qué", "para qué", "para quién", "cómo", "cuándo", "cuánto, "dónde", "con quién", etc., en vez de los "por qué", puesto que éstos remiten más a profundizar cuestiones arbitrarias, en cambio los otros interrogantes dan más cuenta de un "aquí y ahora", de un presente en el cual nos situamos y del que damos habla. Un abrazo. Miguel A. Frutos.

viernes, 17 de junio de 2011

Segunda fundación del psicoanálisis - Página|12

Psicología
Jueves, 16 de junio de 2011

En un texto especial para Página/12, el destacado psicoanalista francés René Kaës –a punto de visitar Buenos Aires– postula la existencia de tres espacios para el inconsciente: el que se revela en los grupos humanos, incluso la familia y la pareja; el del vínculo intersubjetivo y el de cada sujeto.

Por René Kaës

Cuando algunos psicoanalistas crearon dispositivos adecuados para entablar un trabajo psicoanalítico en situación plurisubjetiva de grupo, produjeron un segundo acto fundador del psicoanálisis: se reunieron entonces nuevas condiciones de acceso a la experiencia del inconsciente y a las formas de subjetividad que éste organiza. El grupo abre el acceso, no a uno sino a tres espacios de la realidad psíquica: el espacio del sujeto singular, el de los vínculos intersubjetivos y el del grupo en sí mismo, en tanto formador de una entidad específica. Cada uno de estos espacios, aliados en la experiencia del grupo, debe ser especificado, distinguido y articulado en un modelo apto para dar cuenta de su complejidad.

Los primeros psicoanalistas que trabajaron con un dispositivo grupal partieron de las dificultades que encontraban en la clínica; el dispositivo grupal les parecía mejor adaptado para tratar los trastornos que hasta ese momento eran tomados a cargo por el dispositivo de la cura individual. Con el fin de continuar el trabajo psicoanalítico con sus pacientes psicóticos que se encontraban con él en una impasse transferencial, Foulkes perfeccionó a partir de 1938 el método del “grupoanálisis”. Confrontado al tratamiento psíquico de los traumatismos de guerra sufridos por los militares ingleses, Bion inventó, para la misma época –1939–, un dispositivo diferente del de la cura individual para tratar tales trastornos. En este punto, el dispositivo grupal volvió a imponerse, como ya lo había hecho antes de Foulkes y antes de Bion, para tratar a pacientes con adicciones o para la psicoterapia de niños y de adolescentes (R.S. Slavson).

En otro contexto, en la Argentina, hacia mediados de la década del ’30, un joven psiquiatra, Enrique Pichon-Rivière, implementó, en un hospital psiquiátrico en crisis permanente, un dispositivo de capacitación destinado a las enfermeras para asociarlas a los cuidados que debían dispensarse a los enfermos. Utilizó en ese entonces un dispositivo grupal, que llamaría “grupo operativo”. Este modelo se aplicó en lo sucesivo a las familias y a la psicoterapia de grupo.

Todas estas iniciativas innovadoras tienen en común el hacer de la situación grupal y de los procesos psíquicos que en ella despliegan el agente de un cambio que se produce en el sujeto, independientemente de que esta transformación sea de orden terapéutico o formativo. El interés de los primeros psicoanalistas se centró en el funcionamiento del grupo concebido como un todo dinámico. Seguramente las referencias teóricas que inspiran a estos tres pioneros no son en absoluto las mismas: tienen una mayor tendencia a lo psicosocial para Pichon-Rivière en aquel momento, y son más psicoanalíticas para Foulkes y Bion. Una referencia a la teoría de la Gestalt prevalece en el primer autor así como también en Foulkes, quien se formó en la Escuela de Francfort.

Al hacer trabajar un dispositivo grupal fundado en las hipótesis de base del psicoanálisis, estos primeros psicoanalistas sometieron a prueba la idea freudiana en virtud de la que existe una “psique de masa”, un “alma de las masas”. Le otorgaron una validez y lo caracterizaron dándole contenido y procesos, reconociéndole una consistencia de realidad psíquica específica: los procesos y las formaciones del inconsciente se combinan de una manera diferente de como ocurre en el espacio de la realidad psíquica del sujeto.

Las investigaciones centradas en el grupo dieron lugar a la construcción de modelos teóricos y prácticos concebidos para dar cuenta del funcionamiento de esta psique de masa, inaccesible para el método de la cura, excepto a través de algunos de sus efectos.

El modelo que propuse se distingue de los demás modelos, basados en una concepción holística del grupo, por tomar en consideración tres espacios psíquicos. Abordé este trabajo a fines de los ’60 y propuse, en El aparato psíquico grupal (1976), un modelo general que distingue tres espacios de la realidad psíquica: el espacio del grupo como tal, el espacio de los vínculos intersubjetivos y el espacio del sujeto. Mi objetivo era (y lo sigue siendo en la actualidad) comprender cómo se anudan estos tres espacios y se articulan unos con otros, cómo y en qué condiciones pueden confundirse y diferenciarse. Mis investigaciones se refieren tanto a la especificidad de los procesos y de las formaciones propias al grupo, al vínculo intersubjetivo y al sujeto dentro del grupo, como a los efectos de dichos procesos y de dichas formaciones en el espacio intrapsíquico del sujeto singular.

No es éste el ámbito apropiado para exponer las principales propuestas de este modelo. Sólo quisiera focalizarme en una cuestión clínica y teórica.

Trato de llamar la atención sobre el estatuto que los psicoterapeutas y los psicoanalistas que trabajan con un dispositivo grupal le reconocen, en la clínica y en su pensamiento, al sujeto singular dentro del grupo. Esta cuestión concierne igualmente a los psicoterapeutas y a los psicoanalistas que trabajan con las familias y con las parejas. El interés que acordamos a la “psique de masa”, la de la familia o la de la pareja, resulta necesario para que el conjunto aparezca como la matriz o el telón de fondo a partir de los cuales el sujeto se incluye o, separándose, logra distinguirse. Pero cuando nuestras intervenciones sólo recaen sobre el conjunto concebido como un todo, cuando la interpretación sólo se dirige al grupo, el riesgo consiste en dejar de lado al sujeto y en hacer de este último una suerte de dependencia del conjunto. En la mejor hipótesis, es deseable pensar y formular la interpretación “en términos grupales”, es decir, tomando en cuenta los procesos grupales en los que se involucran los sujetos.

Estas dos formulaciones son diferentes: corresponden a momentos diferentes del proceso grupal. La primera se impone cuando prevalecen las formaciones y los procesos que pertenecen al espacio de la realidad psíquica del grupo: por ejemplo, cuando la ilusión grupal, los ideales y las representaciones comunes y compartidas, las alianzas inconscientes, las posiciones ideológicas, utópicas o mitopoéticas son predominantes. Tales interpretaciones, dirigidas al grupo o en términos grupales, mantienen el marco y la situación del trabajo psíquico dentro del dispositivo específico del grupo o del “neogrupo” familiar: estos dispositivos no se confunden con los de la terapia o del análisis personal, pues una confusión de esta naturaleza subvertiría tanto a unos como a otros.

Cuando este tipo de intervención o de interpretación dirigida “al grupo” sigue siendo considerado como exclusivo, debemos preguntarnos acerca de sus efectos sobre los sujetos, cuya singularidad respecto de nuestra concepción psicoanalítica no puede reducirse al estatuto de individuo.

Un ejemplo: en un grupo, a partir de las primeras sesiones y en lo sucesivo, un participante es violentamente atacado por uno y luego por varios participantes. Queda al descubierto que el agredido encuentra en este ataque un goce que mantiene su propia posición masoquista. ¿Podemos contentarnos proponiendo un análisis en términos de “chivo expiatorio”? Si nos limitamos a hacerlo así, desaparecen la escucha del sujeto, de su deseo y de su sufrimiento. Lo que aquí está en juego es una alianza inconsciente defensiva, de aquellas que atan a ciertos participantes, activos o pasivos, a otro o a más de un otro, y cada uno de ellos encuentra en esta alianza un beneficio al que no podría renunciar sin privárselo a los otros, lo que implicaría privar a cada uno de su goce.

Una interpretación en términos del “sujeto dentro del grupo” podría ser eficaz, como acabo de sugerirla y como frecuentemente lo he comprobado, dado que ella señala una metadefensa, pero no siempre es suficiente para tornar posible el desprendimiento de los sujetos de la parte que toman en su alianza. En este caso, seguir dirigiendo la interpretación solamente al grupo, como si fuese isomorfo al espacio psíquico del sujeto, no hace más que mantener la alianza en lo que ella tiene de específica: nadie siente ser su coautor ni su cobeneficiario, dado que la alianza en sí permanece inconsciente.

En la hipótesis de una alianza defensiva, ella “preserva” a los individuos, pero les carga el precio de hacerlos desaparecer como sujetos del inconsciente. En estas condiciones, si la interpretación dirigida “al grupo” y “en términos grupales” no incluye una redirección a los sujetos de la alianza defensiva, el terapeuta o el analista contribuye a mantenerla, refuerza la resistencia.

Existe una actitud inversamente simétrica a esta última: en un dispositivo grupal de trabajo, centrarse exclusivamente sobre el sujeto, no aportar nada a los procesos o a las formaciones de grupo, particularmente a la transferencia sobre el grupo. Aquí funciona una resistencia al grupo por la ilusión individualista.

La extensión al grupo de la práctica psicoanalítica ha suscitado resistencias y reticencias, pues obligó a reformular algunos problemas relativos al método y a la teoría del psicoanálisis, hasta entonces basados en la práctica de la cura “individual” y en el espacio de la realidad psíquica inconsciente del sujeto.

Vuelvo a esta idea que he expuesto frecuentemente: el inconsciente se inscribe y se manifiesta en varios espacios, en varios registros y en varios lenguajes: en el del conjunto formado por el grupo, la familia o la pareja, en el del vínculo intersubjetivo y en el de cada sujeto. El trabajo psicoanalítico de la cura individual trabaja esencialmente en el espacio intrapsíquico y en la transferencia de los otros espacios en este último. En los dispositivos grupales, familiares o de pareja, el trabajo psíquico implica necesariamente los demás espacios. Ninguno de ellos puede serle sustraído. Muy por el contrario, debemos aprender a discernir qué sucede con los demás espacios cuando uno de ellos tiene preponderancia en el proceso o cuando es ocultado por el terapeuta o por el analista y, en esas condiciones, cómo el inconsciente se las ingenia para producir sus efectos. El trabajo del análisis consiste en restituir a cada uno su posición subjetiva, desligando las alianzas inconscientes y renunciando a los beneficios que de ellas derivan para cada uno.

Si el inconsciente no es contenido en su totalidad dentro de los límites del aparato psíquico individual, si hay realidad psíquica en otros espacios diferentes del espacio del sujeto singular, debemos pensar las consecuencias de la extensión del ámbito teórico y práctico del psicoanálisis. Esto es lo que propongo dibujando los lineamientos de una metapsicología de tercer tipo, fundada en esta pluralidad de los espacios psíquicos.

* Texto ofrecido por el autor con relación a la conferencia “Entre el sujeto y el grupo, tres espacios de realidad psíquica: cómo pensarlos con el psicoanálisis”, que dictará en el XIX Congreso Latinoamericano “El psicoanálisis vincular de Latinoamérica”, en Buenos Aires.


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miércoles, 15 de junio de 2011

A TODOS LOS VETERANOS DE LA GUERRA DE MALVINAS

de Rosana Borini, el Martes, 14 de junio de 2011 a las 19:50

Hace 29 años atrás, un 14 de junio de 1982 se deponían las armas frente al imperialismo inglés.

A pesar de ello y aunque el corazón se enanche de orgullo por los muchos que con bravura y valentía impensada lucharan aún a riesgo de su propia vida y hasta la muerte misma por la Patria oprimida, el recuerdo de aquel momento se vuelve en inevitable dolor.

“Malvinas tierra cautiva de un tiempo rubio pirata.

Patagonia te suspira, toda la Pampa te llama”…

Todo el Honor y la Gloria a nuestros caídos. Todo el Honor y la Gloria a los que aún siguen vivos, Combatientes incansables de Malvinas. Causa de hombres bravíos, que también es causa del Pueblo Argentino.

Mi más ferviente agradecimiento y distinción a todos aquellos que de su mano aprendí de los caminos de la guerra, del abandono, la rabia y el silenciamiento -pero también- del amor, la entrega y la lucha por los ideales compartidos en gestar una Nación justa, libre y soberana.

¡¡Malvinas Volveremos!!

“…para llenarte de Criollos

Para curtirte la cara

Hasta que logres el gesto

Tradicional de la Patria.

Hay hermanita perdida,

Hermanita vuelve a casa

(Atahualpa Yupanqui).

Actividades de Joaquín Pichon-Rivière

2011-06-12 00:00:00 01:30

Joaquín Pichon-Rivière presenta su libro

"Enrique & Arminda" tiene relatos inéditos e íntimos de sus padres. Lo difundirá en Neuquén.

Neuquén> El psicólogo social Joaquín Pichon-Rivière llegará a la provincia el miércoles para realizar una serie de actividades, entre las que está la presentación de su libro llamado "Enrique & Arminda", sobre los relatos inéditos e íntimos de sus padres Enrique Pichon-Rivière y Arminda Aberasturi.

Su agenda comenzará el miércoles cuando dictará una Jornada de Capacitación destinada a docentes y estudiantes de las carreras de Enfermería y Saneamiento Ambiental en el Salón Azul de la Biblioteca Central de la UNCo.

La clase comenzará a las 9 y dará un abordaje transdisciplinario desde la pedogogía sistémica, la ecología social y la psicología social: "La grupalidad en el ejercicio profesional en las áreas de salud y ambiente, como propuesta de trabajo frente a las problemáticas sociales".

El jueves a las 11 presentará su libro "Enrique & Arminda" en el Hotel del Comahue y por la tarde, a las 19.30 también lo hará en el Salón Azul de la Biblioteca Central de la UNCo. En sus páginas, Pichon-Rivière volcó la relación íntima de sus padres, pioneros del psicoanálisis y la psicología social del país. Según expresó el autor, en el libro se destacan imágenes y relatos íntimos e inéditos de su madre y su padre.

El viernes finalizará sus actividades en la provincia a las 11 en República de Italia 665 en la inauguración de un Centro de Intervención Psicosocial J. Pichon-Rivière (CIPs).

El centro tendrá como objetivo abocarse a las problemáticas sociales tales como las dificultades de convivencia, asesoramiento sexológico, identidad sexual, intervenciones grupales, de trabajo, grupos operativos, instituciones en crisis, violencia familiar, de género, abuso y maltrato, constelaciones familiares, entre otros aspectos.

El centro será único en la Patagonia y lo dirigirá un equipo de profesionales compuesto por el operador y ecólogo social Antonio Miglianelli, el director técnico será Miguel Ángel Zanetti y como director de supervisión estará Joaquín Pichon-Rivière.

domingo, 12 de junio de 2011

Hay un niño en la calle

Encontré en internet el video musical de Mercedes Sosa y Calle 13 "Canción para un niño en la calle". Es muy duro, pero muy real y la "situación de calle" aparece en carne y hueso. Abrazo: Hugo


viernes, 10 de junio de 2011

Amor fascista, amor conyugal, amor romántico - Página|12

9 de junio del 2011

El autor sostiene que “en la Argentina hay un renacer de la pasión política y una recuperación del amor”, y diferencia –para el individuo y para la política– entre tres formas: el amor romántico, “que le acontece al sujeto y lo obliga a tomar posición”; el amor conyugal, “que rehúsa el enamoramiento y busca la seguridad”; y el amor fascista, “que procura tomar posesión del otro”.

Por Emiliano Galende

Creo que, en la Argentina, constatamos un renacer de la pasión política y una recuperación del amor, especialmente entre los más jóvenes. En principio, el amor supone dos personas que constituyen una comunidad mínima, es decir, son ya una relación social, que implica un lazo social específico. Esta forma particular es sin embargo equiparable a otras formas de lazo social y, también, de enamoramiento, a más de la pareja: así en la política, en el arte, en las disciplinas. Para toda relación de amor se trata, al menos, de dos, pero en cada uno el amor trasciende el plano individual del narcisismo, la satisfacción del yo. Cada amor, cualquiera sea su objeto, pone en juego partículas de algo universal, cultural. Es más, trasciende a una cultura determinada y aun a los tiempos de la historia.

El amor humano es el primer grado del pasaje del individuo a un más allá de sí mismo, es una presencia, en la singularidad, de un universal cultural. El amor, como el vivir, no se reduce nunca a los intereses individuales, sino en la manera como el mundo se expone al sujeto; es, en este sentido, el “nosotros” temprano, ya que nunca, desde el nacer, estamos solos. El amor, como la vida, no pertenece enteramente a la voluntad de cada uno, es algo que nos ocurre en la vida, y sólo cuando nos acontece podemos decidir.

Esto es lo que nos ha enseñado el amor romántico: se trata de lo que nos ocurre, lo que llega al individuo y, como un acontecimiento –en el sentido que dio a este término Alain Badiou–, obliga a tomar posición. En esta toma de posición, podemos diferenciar tres formas subjetivas de respuesta, tres tipos de sujeto, siguiendo aquello que en el siglo XIV ya nos enseñó Giovanni Boccaccio en su Decamerón. Al primero de estos amores lo llamaré “amor romántico” y lo vincularé con el Romanticismo del siglo XIX; al segundo, “amor conyugal”; al tercero, “amor fascista”.

El sujeto del amor romántico no responde a un mandato cultural –casarse, ser madre o padre, etcétera– ni responde a leyes, como el matrimonio. Enamorarse no es obligatorio ni responde a una voluntad: es algo que le ocurre al sujeto. Este amor, como lo señalaron los románticos, tiene su opuesto en la moral religiosa o cultural; por eso fue vivido como una experiencia de transgresión y libertad, y en la actualidad lo vivimos como reacción a lo dominante cultural. Recordemos que el amor romántico fue un grito de libertad, de igualdad entre hombre y mujer, frente a las imposiciones de matrimonio del siglo XIX.

Las luchas por la igualdad de género y contra las leyes del patriarcado, en nuestro tiempo, responden también a este amor romántico, al romper con la idea de que, frente al sexo y el amor, los sujetos sean sujetos morales, regulados por la religión o la cultura burguesa. En los enamorados, la moral y las decisiones sobre el sexo son resultado del acuerdo libre entre ellos sobre lo prohibido y lo permitido, asumiendo cada uno sus consecuencias. La ley sobre el matrimonio igualitario parte de reconocer esto.

Todas estas formulaciones sobre el amor romántico se ajustan también al sujeto del enamoramiento en el orden político, que asume este amor trascendiendo su yo, apostando a un nosotros, al compromiso social y sus consecuencias. El amor romántico en la política es a la vez un amor por la verdad.

El sujeto del amor conyugal es el que rehúsa asumir las consecuencias del enamoramiento, el riesgo de la dependencia; teme el acontecimiento, que no domina, y cree en una existencia satisfactoria bajo la seguridad conyugal. Elige la seguridad, la continuidad, los roles fijos, la dependencia asegurada del otro. De alguna manera, en la actualidad, el contrato matrimonial vuelve a tener algo del siglo XIX: establecer las ventajas (ahora no sólo económicas) que el matrimonio ofrece para su vida: no estar solo/a; llenar el amor y el sexo para que, controlado, no lo asalte o lo sorprenda; cubrir las necesidades en familia; asegurar un lugar social frente a los demás.

Se trata así de confinar en un espacio social –el lazo conyugal, tan restringido y seguro como sea posible– esa parte salvaje, pasional, desigual, no controlada, que supone el amor en tanto nos sucede como acontecimiento. Desde siempre se afirmó que la familia es el adversario permanente del amor romántico. En la política, el amor conyugal también se expresa, y en la misma dirección: contrato social, seguridad, consenso, evitar los conflictos, dominio de la tradición, continuidad de sus instituciones. Es lo que identificamos como política conservadora. Si el amor romántico es pasión del cambio y ruptura del orden instituido, asumiendo los conflictos reales, este otro es reproducción de la sociedad en un orden conservador de sus instituciones y sus tradiciones. Entre ambas dimensiones se debate la política actual.

El sujeto del amor fascista se caracteriza por los celos extremos, la posesión del otro, borrar en él todo aquello que le otorgue una vida autónoma, siempre bajo la sospecha de la existencia de un amante o una amante que ponga en riesgo la posesión. La ficción de ser “uno”, en la pareja, requiere suprimir todo lo que haga sentir que son dos, o más, como sucede en la vida; forzar una fusión que anule toda contingencia. En el extremo, tanto en el amor de la pareja como en la política, prima la violencia de eliminar al otro como otro, así ocurre en parejas con estos rasgos, y así ocurre en los grupos fascistas.

En el amor fascista, el pacto requiere que todo esté en “dos que somos uno”: identificación caníbal, y un exterior, los otros, por principio enemigos o amenazantes. En ambos, el amor de pareja y el amor político, están presentes la violencia y la muerte, infligida al otro exterior, extraño, o al interior: al infiel o al traidor. En política, el fascismo es exigencia de identidad total en el grupo, bajo símbolos que identifican al grupo y lo unifican; entrega, renuncia a lo personal, juramento de fidelidad al líder y enfrentamiento a los enemigos. El amor fascista anida en los sujetos y en la sociedad; es, desde siempre, la amenaza que acecha a todo convivir democrático.

Estos tres tipos subjetivos nunca son puros: están en un mismo sujeto, sometido a tensión; siempre hay, en cada sujeto, montantes diferentes de los tres tipos de subjetividad. En la vida social también anidan estos tres tipos de subjetividad. Una política romántica, de cambio y transgresión, debe enfrentar siempre a la seguridad conservadora y a la violencia fascista.

Esto da razón de por qué, en diferentes momentos de la cultura, de la vida social y del amor de pareja, domina uno u otro tipo de comportamiento. Así como un amor conyugal puede dejarse para asumir el riesgo de una pasión que ha acontecido, también en política la sociedad puede girar desde una posición conservadora o escéptica hacia una pasión optimista, de transformación de un orden injusto u oprimente. Dentro de los límites de las identidades de clase social, estos cambios no suelen ser previsibles ni productos de una voluntad: son también acontecimientos, que se hacen presentes en una sociedad.

En uno y otro caso, es esencial que surja lo que llamo “un otro desencadenante del acontecimiento”: no es la figura de un líder preexistente, sino un sujeto que construye su liderazgo al desencadenar el acontecimiento político, o la pasión amorosa. El amor no llega al sujeto desde una pasión interior que preexista al enamoramiento, sino que acontece cuando alguien, siempre singular e inesperado, dispara en él esta pasión. No es, como en el mito de Cupido, un ángel que dispare su flecha: somos flechados siempre por un semejante concreto y visible.

Y en política ocurre del mismo modo: en los sujetos existe la disposición, el interés por lo social, por la vida en común y su gobierno, pero sólo cuando un político enuncia sus principios, encarna las ideas, asume la pasión por realizarlas, se constituye en líder, logra representar esas ideas y despierta el amor por esa política. El líder de un proyecto de vida en común no preexiste al surgimiento de esa pasión; sólo al despertarla se constituye como tal. Creo que esto está presente en el actual enamoramiento por la política en el país.

Cuerpos que anhelan

No dudamos de que el amor es un valor en la vida psíquica, así como el odio, el resentimiento, la decepción, el engaño sufrido, actúan como tóxicos para el psiquismo. Todos lo reconocemos en nuestra vida amorosa: en el amor de la pareja, como en la fiesta, como en la tribuna cuando el equipo gana, como en el baile compartido, como en la manifestación política, los cuerpos se aligeran y saltan, toman ritmo; se vivencia al otro como compañero, como amigo o como amante; sentimos que la unión es placentera, que la satisfacción reside en el integrarnos.

También conocemos lo contrario: el rencor, el odio, la decepción, el miedo, la incertidumbre sobre el futuro, hacen que los sujetos se retraigan sobre sí mismos; sus cuerpos, decaídos como su ánimo, no son aptos para saltar o bailar; la pasividad los invade: no es posible la manifestación de los desanimados, de los pesimistas o de los resentidos: el otro, los otros, o son indiferentes o son enemigos. Recordemos cómo las dictaduras que hemos sufrido provocaron y utilizaron estos sentimientos. Y tengamos presente ahora que la mentira, la falsedad, con la intención de provocar estos sentimientos de decepción, rencor, temor, tiene el mismo sentido político: paralizar las ilusiones, alentar la pasividad, atenuar los entusiasmos, mantenernos pesimistas y aislados.

Vale recordar las consignas del Mayo francés: “la imaginación al poder”, “amor libre”. Las luchas por el amor, la igualdad, la libertad, el deseo de protagonismo, siempre han causado temor a los poderes dominantes, porque entienden bien que sus privilegios individuales están amenazados.

No dudo de que asistimos a un renacer del amor y la verdad en el país. Observamos muchedumbre de jóvenes, y también viejos románticos, decididos a luchar contra los escepticismos en política, y a inventar formas de encuentro más libres y dispuestas a exponerse al amor verdadero; cuerpos que anhelan encontrarse en manifestaciones, sujetos que se sienten protagonistas de la construcción de su vida y, en un mismo gesto, la construcción de lo social.

Y, lo que creo esencial para la salud mental de cada uno, sujetos decididos a enfrentar esos dos polos que desde siempre amenazan la vida libre: el discurso de la seguridad, discurso conservador si lo hay, en la pareja amorosa y en la política; y el discurso fascista, violento, que se vale desde siempre de la mentira, el miedo y la amenaza sobre el futuro. Defender un discurso romántico en la política, como creo está comenzando a ocurrir en el país, es generar en los individuos condiciones para un renacer romántico en el amor entre sujetos libres. Este camino es también el camino de ampliación del dominio de los valores de la salud mental: lograr un sujeto activo, comprometido con su comunidad y capaz de comprometerse en el amor.

* Director del doctorado en Salud Mental Comunitaria de la Universidad de Lanús. Texto extractado del trabajo “Amor, política y salud mental”.


© 2000-2011. Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/psicologia/9-169714-2011-06-09.html
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jueves, 2 de junio de 2011

Taller de "Situación de calle en Paraná"

Nuestra modalidad de cátedra Psicología Social (con orientación en salud mental comunitaria) y los compañeros "en situación de calle" realizarán el próximo martes 7 de Junio de 15 a 17hs. un TALLER PUBLICO en la Facultad de Humanidades, Artes y Cs. Sociales (Escuela Normal-planta baja) sobre la temática "SITUACION DE CALLE EN PARANA Y PROYECTO CASA SOLIDARIA". Se invita a docentes y estudiantes de nuestra Facultad, a estudiantes de otras facultades y universidades de nuestro medio y al público en general a participar de este encuentro que tiene por objeto difundir la experiencia que se viene realizando y aportar a la construcción de una RED COMUNITARIA E INSTITUCIONAL SOLIDARIA que acompañe el proyecto en marcha.