jueves, 15 de julio de 2010

El derecho a la igualdad llegó al matrimonio - Página|12

Tras más de quince horas de un debate intenso, los senadores decidieron cambiar el Código Civil. Lo hicieron por 33 votos a favor y 27 en contra. Hubo festejos y emoción. La Argentina es el primer país en América latina que establece esa ampliación en el derecho civil.



|Por Soledad Vallejos|

Después de 15 horas de sesión ininterrumpida, después de tres meses de discusión en comisión, después de tres años de campaña de la comunidad gay-lésbica, el Senado aprobó a las cuatro de la madrugada de hoy en general el proyecto de ley que establece la posibilidad de que las parejas del mismo sexo puedan casarse en igualdad de condiciones con las parejas heterosexuales. En la primera votación se rechazó el dictamen de mayoría de la comisión, lo que permitió votar la media sanción de Diputados. Esa votación registró 33 senadores a favor del matrimonio igualitario, 27 en contra y tres abstenciones. Argentina se convirtió así en el primer país sudamericano en legalizar los matrimonios homosexuales.

Era como estar sobre un barco mientras la corriente se embravecía: desde el arranque, que estuvo en duda hasta que finalmente sucedió a las 13.15, la sesión fue un vaivén permanente. A los enfrentamientos por tecnicismos, la extensísima alocución de Negre de Alonso acerca de sus viajes al interior y los chispazos por el video con el que pretendía dar cuenta de ellos, siguió el debate sobre el matrimonio igualitario, presión de senadoras y senadores favorables al proyecto mediante.

Fue la contraseña para que comenzara otro vaivén: el de contar una y otra vez votos comprometidos, hipotéticos y hasta imposibles.
 
Casi como si se hubiera tratado de un calco de lo sucedido en casi tres meses de reuniones de comisión, en el recinto sonaron básicamente tres tipos de argumentos: los que defendían la igualdad de derechos como sustento de la democracia; los que rechazaban abiertamente la ampliación del matrimonio civil y quienes insistían en que plantear la unión civil no implicaba discriminar.

La sesión arrancó poco después de la hora estimada, con predicción de resultado incierto pero aires optimistas. Así lo habían asegurado durante la mañana, en la entrada del Senado, la presidenta y el secretario de la Federación Argentina LGBT, María Rachid y Esteban Paulón. Para enfatizar aún más el optimismo, contaban con la presencia del militante del PSOE Pedro Zerolo, llegado especialmente para vivir en Argentina la ocasión que ya había atravesado en España. Ya estaban los vallados sobre la calle Yrigoyen, pero también unas cuantas personas resistían el frío en la plaza, en torno del escenario.

Puertas adentro, Liliana Teresa Negre de Alonso daba rienda suelta a un video de diez minutos cuya edición de inmediato fue duramente criticada por senadores como Norma Morandini, Luis Juez, por ser “propaganda y no información”. (Largamente pasada la medianoche, María Eugenia Estenssoro aportó también sus críticas sobre “ese tipo de herramienta publicitaria”.) “He cumplido con la manda”, insistía, a su vez, Negre, quien al concluir su argumentación dijo –retomando uno de los tópicos más esgrimidos por sectores integristas– estar preocupada por los contenidos que niños y niñas podían aprender en materia de educación sexual.

Liliana Fellner apeló, tras ese inicio desconcertante, a que “de lo que se habla es del derecho fundamental (que tienen) como personas a la igualdad”, que es “un derecho consagrado en nuestra Constitución”. En medio del recinto, Carlos Reutemann dialogaba con Adolfo Rodríguez Saá, cuando la jujeña aclaró que las familias diversas son “algo que existe hoy y va a seguir existiendo se vote o no la ley de matrimonio igualitario”. La resistencia a aceptar que proponer otros nombres es discriminar, que el matrimonio es civil y que “la ley no te obliga a la heterosexualidad ni la homosexualidad” es, dijo poco después Luis Juez, “un tema que incomoda, irrita y fastidia”.

El proyecto de unión civil dictaminado y luego impugnado concitó los apoyos de quienes lo habían firmado en la Comisión de Legislación General y las críticas demoledoras de casi todo el resto de la Cámara. “Es una estrella amarilla, es estigmatizante. Nos hace recordar demasiado a las listas nazis. Hace familias de clase A y familias de clase B. Esto ya lo vivimos cuando se legalizó el divorcio”, sintetizó Beatriz Rojkes de Alperovich.

A media tarde, luego de que María Jose Bongiorno anunciara, airada, su abstención, comenzaban a llegar a los pasillos del Congreso los sonidos festivos del escenario montado en la plaza. De a ratos, algunos bajos hacían vibrar la pantalla desde la que se seguían las alternativas de la sesión, una rutina interrumpida con frecuencia por la llegada de senadoras y senadores en tren de amenizar la sesión con declaraciones.

“Estamos discutiendo sobre el modelo de sociedad en el que queremos vivir”, insistía Daniel Filmus pasada la medianoche, y confesaba su convicción de que “todos queremos vivir en una sociedad más democrática, más igualitaria”. Las frases, con distintas modulaciones habían sido lanzadas en el recinto ya a lo largo de la tarde, mientras la banda de sonido de la calle daba cuenta del paso del tiempo. A medida que el festival del Inadi llegaba a su fin el recinto se vaciaba. En la sala de prensa, una senadora aseguraba que, tras el cabildeo incierto por el proyecto de “unión solidaria familiar”, la votación parecía haberse reencauzado. Una vez más, y por al menos décima oportunidad desde el inicio de la sesión, los números habían cambiado. Una vez más, sin embargo, la balanza seguía inclinándose en favor de una nueva regulación matrimonial para Argentina. “No es un atentado contra la familia heterosexual, no veo cuál es la amenaza”, replicaba Estenssoro, tras una seguidilla de argumentos integristas que, por tramos, reproducían la retórica de los jerarcas eclesiásticos.

“Los derechos humanos no se plebiscitan y las objeciones de conciencia tienen que ser muy limitadas, no para que los funcionarios se nieguen a cumplir con la ley”, replicó una vez más Estenssoro cuando Negre volvió a defender el proyecto de unión civil que preveía tal mecanismo. Luego, Rubén Giustiniani iniciaba su intervención recordando que su voto sería positivo. “Es un día histórico”, agregó emocionado.

Pablo Yulita - Entrevista a gran psicólogo argentino

Interés General: VIDA PRIVADA . Entrevista con Pablo Yulita “La muerte es una mentira”

PSICÓLOGO. “Todo lo que se ve es sexualidad violenta. El sexo amoroso te cura, te hace bien, te revive”, sostiene Pablo Yulita.
Sergio Ruiz


Es psicólogo, docente en tres carreras universitarias y aficionado al canto. Pablo Yulita sostiene que el miedo “es un error epistemológico” y la muerte “una mentira”. Dice que la democracia no tiene nada para festejar en su 25 aniversario, habla de la educación como una necesidad más que un derecho e insiste en que los chicos repiten ejemplos de una sociedad que exhibe y habla de “sexo violento”.
 

|Julián Stoppello

Pablo Yulita calcula que todos los años invierte el valor de un cero kilómetro en libros, estudio y capacitación para él, su familia y también algunos alumnos y ayudantes. En su consultorio de calle Corrientes hay una aproximación a esa apuesta: dos bibliotecas atiborradas de libros cercan la habitación adonde recibe a sus pacientes; hay además dos computadoras y una mesa en el centro, cubierta de papeles y más libros.
Acá hay sólo una cuarta parte, me ufano de tener la biblioteca más completa en lingüística, en semiología y en comunicación”, dice mientras repasa los estantes e insiste “mirá, fijate, sacalos, hay muchos libros espirituales también: Buda, Gandi, la Madre Teresa”.
“A veces digo qué estúpido soy, podría cambiar mi Falcon 72 por un cero kilómetro. Pero no me arrepiento, porque es una herramienta tu capacitación, por algo los judíos le dan tanto valor a la inteligencia, la profesión, el estudio, porque junto con el oro o el dinero, son las dos cosas que te podés llevar a todos lados”, analiza.
Yulita es docente en las carreras de Trabajo Social y Comunicación Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos y también en Psicología de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Además atiende a sus pacientes, hace algunas consultorías y canta en el coro de Agmer.
“Estoy de tenor en un coro muy interesante, es algo que me debía”, dice y revela que no se trata de una cuenta pendiente con origen en una pasión nunca antes desarrollada, más bien lo contrario: “Yo había actuado en radio de chico, había grabado discos, con dúos de acordeón. Si bien tuve un período que vivía de eso, porque teníamos una pequeña orquestita que iba a casamientos, cumpleaños de 15 o actuaba en el carnaval de Rosario, nunca pensé en vivir de la música”.
 
EN PARANÁ. En el año 70 comenzó a viajar a Paraná por razones de trabajo. “Estuve en la subsecretaría de Educación de la provincia en la reforma educativa de Entre Ríos. Es una de las reformas más grandes que hubo, con muy buen nivel, estaba Pedrazoli como subsecretario de Educación, Fabre en el gobierno y Marciano Martínez como Ministro de Gobierno”. Yulita califica la acción de Fabre como “muy progresista” y se queja de la Argentina ”estúpida y ambigua”, que no reconoce los logros de esa gestión.

"El gobierno de (Alejandro) Lanusse fue progresista, daba aumento con retroactividad de tres meses a los obreros y empleados. Lanusse te digo, no por supuesto (Jorge) Videla o (Emilio) Massera que fue gente cruel y enferma. Pero Lanusse fue un gran presidente y Fabre un gran gobernador. Fue una época de mucho progreso de todo tipo”, subraya y enseguida critica a “la gente que divide entre blanco y negro y hace estupideces, que habla de Cuba como liberación y en Cuba tenemos niñas de 12 años que se prostituyen por una bombacha o una birome. Cuba tiene enfermedades productos de la miseria que hay, tienen analfabetismo informático, la educación es la educación de los 60”.

En el aula.
—¿Qué le importa que le llegue a sus alumnos?
—Una vez vino un chico y me dijo que a raíz de algunas cosas que yo decía en clases, palabrotas y demás, fue y le comentó a su madre. Ella había sido alumna mía y le dijo: “Sabés que pasa, Yulita te vacuna contra la realidad”.
A mí cuando me hablan de 25 años de democracia, yo qué voy a festejar, la democracia de Alfonsín, cuando tuve que vender el auto y otras cosas porque me dijo que el costo de un crédito iba a ser de 12 % mensual y de golpe se fue a 57 %. Qué voy a festejar, los pollos de Mazorín, la ética de De La Rúa, la distribución de dinero en negro en la época de Menem, los Federales de Montiel. Por supuesto que no festejo el proceso militar, pero yo, con mi edad, a los alumnos les largo todo.
Yulita defiende una “moral biológica y estética, una moral biológica te tiene que respetar a vos como ser humano, tenés que vivir, comer, sos un trabajador, un laburante. No te pueden vender un medicamento trucho, que no tenga la monodroga”.

SEXUALIDAD VIOLENTA. El psicólogo encadena temas, uno atrás de otro, con sentido de la prioridad. “La educación no es un derecho, es una necesidad”, subraya y sentencia: “El ser humano si no se educa se muere. Muchas enfermedades provienen de ahí. El problema de las madres menores multiembarazadas viene por la educación, todavía estamos discutiendo si va a haber educación sexual, educación sexual hay, lo que no hay es enseñanza y por ahí los padres no pueden hablar porque no saben qué hablar”, reflexiona.

Yulita dice que todo aquello que se exhibe, se habla, se muestra pertenece al campo de la “sexualidad violenta”. “Es la que te muestra Playboy, Private, la del abuso, ahora, la sexualidad amorosa no se puede enseñar, pero hay que mostrar que está, la sexualidad amorosa es creativa, es algo que vas a desarrollar con tu pareja, tu novia, tu esposa”.
—¿Cuál es el origen entonces de las prácticas que se han registrado en adolescentes, sobre filmaciones al momento de tener un contacto sexual por ejemplo?
—Es lo que hacen los adultos, sexualidad violenta. Lacan dice: sobre sexualidad no hay nada escrito, ahora con respecto a qué se refiere, a la sexualidad amorosa. Todo lo que tenés es sexualidad violenta. El sexo amoroso te cura, te hace bien, te revive. Los chicos ni saben, están diciendo que ese sexo oral no es sexo. Es copia de los adultos y hay muchos quebrados, que perdieron todo ideal.

CONTACTO. Yulita cita al biólogo chileno Humberto Maturana y dice que “toda imposición de manos que sea amorosa entre gente que tiene pasión por convivir es curativa”. El amor sana, sostiene.
“Es constitutivo a nosotros el ser felices, alegres, sanos y productivos. Esta es una sociedad que ¿adónde te muestra lo amoroso? Si te prohíben acariciar a la otra persona. Llegamos a estar como los Estados Unidos, donde hay una ley que prohíbe tocar a los chicos, pero ¿qué pasa en las escuelas?, se pegan tiros, se matan. Hoy los docentes no pueden tocar a nadie, el tema del abuso y todo eso, es la sexualidad violenta”, insiste.
—¿Cuál es su idea sobre la muerte?
—La muerte es una mentira, hay un componente de la muerte que es la ausencia, la no presencia, pero nosotros estamos en la unidad, lo que se llama relación. Estamos en un plano cuántico, la muerte es un pliegue de la realidad, cuando funciona el ventilador a determinada velocidad desaparecen las aspas. Con la muerte es parecido, al transformarnos cuánticamente en energía, desaparecemos, pero no desaparecemos en la unidad. Si vos tenés un ser querido que haya fallecido y tenés un problema y necesitas resolverlo, orá, pedile que te resuelva tal problema. Es matemático, que va a aparecer una solución, no lo pensés de otro mundo, está acá, en un plano cuántico energético no particularizado.
Yulita cuenta ahora que su esposa murió en el paso de un día 19 a un día 20. Dice entonces que todos los 19 y 20 de cada mes en su casa ocurren cosas muy especiales. “Lo entendemos como mensajes”, confiesa.

EL MIEDO. “Yo he hecho un descubrimiento y he dado clases planteando que el miedo es un error epistemológico”, dispara Yulita y explica: “La psicología te dice que porque tenés miedo luego disocias. Yo digo que porque disocias, tenés miedo. Todo lo que veas separado de vos, vas a terminar por tenerle miedo”.
El psicólogo ejemplifica: “En un barrio me paran tres gurises, che tío dame la campera que tenés puesta. Y yo: no, vos sabés que es la única campera que tengo, yo vengo a atender a una persona. Cuál es el criterio general: mas van a atacar, me van a robar, les tengo miedo, eso es una proyección del odio. Los tipos me pueden robar, pero yo tengo que reconocer que podría matarlos también. No están separados de mí, ellos tienen más miedo que yo. Creo que a lo único que le tenemos miedo es al amor”.
Yulita piensa ahora en sus miedos, dice primero que teme “que la sociedad no se dé cuenta que hay sociedad porque hay amor, y digo amor con minúsculas, no amor trascendental, ni digo relaciones genitales, digo las formas del amor: la amabilidad, la amistad, el asociarse, ayudarse, el saludarse, el colaborar”.
El psicólogo va un poco más adentro ahora, confiesa que lo angustia lo que piensa, le interrumpe la voz, hasta que por fin lo escribe en un cuaderno con letra clara: “Miedo a morir antes de haber prestado la ayuda suficiente”, dice la hoja que antes estaba en blanco.