viernes, 25 de abril de 2014

La construcción social de la realidad "Psicopolis" (Cortometraje)

El profesor de psicología social Tomás Morales impartirá una clase que sus alumnos nunca olvidarán. Se encargará de desplegar una serie de estrategias que pondrán en duda el propio tejido de la realidad. "Psicópolis" es el nombre del primer cortometraje, realizado por el director malagueño Miguel Mérida.

Hugo García: Nuestro Blog de "psicologiasocialenlacomunidad", aunque responde a un ECRO claro y preciso -también sujeto a rectificaciones o ratificaciones conforme esté sustentado en la práctica- debe estar abierto a la diversidad como es el caso de lo que enseña este Profesor Morales. Sin embargo debo ser crítico tanto de lo que piensa, siente y hace con sus estudiantes, como en la "concepción de la psicología social" de la que parte y su concepción no dialéctica de la realidad (y por ende de la Psicología Social).
Tenemos que saber que hay distintas concepciones de ámbas.Yo pertenezco a la Psicología vincular, social, dialéctica y operativa que creó Enrique Pichon-Rivière en Argentina. En tal sentido hay que decir que "la realidad es múltiple y compleja", que es cierto que se construye, pero también que existe con independencia de nosotros.
Por otra parte, como Psicólogo Social y como Docente nunca recurriría a "manipular" a los estudiantes, sino a co-pensar con ellos acerca de esa complejidad. Este señor hace psicología social, pero desde otra concepción y con métodos que no comparto. Su ideología es relativista, conductista y construccionista. No la descalifico, pero tampoco la comparto. 

viernes, 18 de abril de 2014

La UBA en barrios vulnerables

Viernes, 18 de abril de 2014

El Programa de Apoyo Escolar y Acompañamiento Educativo de la Universidad de Buenos Aires trabaja para ayudar a chicos y adolescentes de escuelas primarias y secundarias que estén en riesgo de repitencia o deserción.

El programa de apoyo tiene su zona de influencia en los barrios Cildáñez, Villa Fátima y Carrillo.

La Universidad de Buenos Aires (UBA) está convocando a voluntarios para participar del Programa de Apoyo Escolar y Acompañamiento Educativo, una iniciativa que apunta a brindar ayuda en distintas materias a chicos y adolescentes que concurren a escuelas de barrios vulnerables de la ciudad. “El único requisito que les pedimos a los voluntarios es que se comprometan a asistir una vez por semana a los centros durante todo el año”, dijo Gustavo Hofferlen, coordinador del programa.
El proyecto forma parte del Programa Integral de Acción Comunitaria en Barrios Vulnerables (Piacbv) y tiene su zona de influencia en el sur de la ciudad de Buenos Aires, en los barrios Cildáñez, Villa Fátima y Carrillo. “Esta zona está en riesgo pedagógico; es decir que hay jóvenes de 15 años y más que no terminan su escolaridad”, detalló Hofferlen. “En muchos casos estos niños son la primera generación de su familia que termina la escuela media”, agregó.
La tarea de los voluntarios consistirá en contener y asistir a alumnos de establecimientos primarios y secundarios que estén en riesgo de repitencia o abandono escolar, con el objetivo de que prosigan con su formación y mejoren su desempeño en las materias o contenidos que les planteen dificultades. Los postulantes participarán de cuatro encuentros de formación para interiorizarse en los ejes y abordajes del equipo y conocer a sus coordinadores, así como también para compartir las recomendaciones de miembros experimentados del programa. “Esta capacitación no consiste en contenidos –precisó Hofferlen–, sino que se busca capacitar a los voluntarios para no estigmatizar, entender la complejidad en la que se mueven estos chicos, intentar que todos tengan el mismo punto de partida para poder comenzar.”
El coordinador detalló que trabajan “con niños, niñas adolescentes y algunos adultos” y que “además del apoyo escolar realizamos talleres para complementar, como los talleres de lectura, de lectocomprensión y matemáticas. También tenemos otra serie de talleres para los chicos a los que les va bien en la escuela, pero recurren a los centros en busca de más, como son los talleres de radio y de arte, entre otros”. Además, como parte del programa se realizan salidas recreativas, por ejemplo al Planetario, al Museo Etnográfico y al Centro Cultural Rojas.
Los interesados en participar del equipo de voluntarios pueden postularse escribiendo al correo electrónico alfabetizacion@rec.uba.ar. O pueden requerir más información en:  www.facebook.com/ApoyoEscolaryAcompanamientoEducativo.
En caso de sumarse al programa, pueden elegir el barrio que les quede más cómodo para poder colaborar.

Fuente: Página|12

sábado, 12 de abril de 2014

Cine-debate en "Casa Solidaria para personas y familias en situación de calle"

 
Amigos y Compañeros:
Con el apoyo del Instituto Audiovisual de Entre Ríos y su dispositivo de cine movil, abrimos un nuevo espacio en Casa Solidaria:"Cine-debate" que tiene como objetivo, promover concientización,organización y esparcimiento de los compañeros "en situación de calle", posibilitando asimismo la integración comunitaria con el conjunto de la ciudadanía de Paraná. La idea es sostener este nuevo espacio una vez al mes, y evaluar posteriormente si ampliamos el mismo.
Comenzamos este Miercoles 16 de Abril a las 18hs. en nuestra casa, Carbó 171 (planta alta), con la película "DIAGNOSTICO ESPERANZA" (2013)cuya dirección es del joven poeta y cineasta villero Cesar Gonzalez (Camilo Blajaquis).
Los esperamos a Uds., para compartir este evento, que por supuesto es gratuito y pueden traer el mate si desean.
Les pedimos también que difundan esta invitación a todos sus contactos.
Un abrazo solidario: p/Equipo: Ernesto Varela Ormache y Hugo García

Mirarse al espejo

Sábado, 12 de abril de 2014 

Por Osvaldo Bayer

Un tema bien argentino: las villas de “emergencia” de acuerdo con el idioma oficial, o “miseria”, como las bautizó el idioma popular. Las villas “Miseria”, con mayúscula. Están pasando cosas que una democracia no puede aceptar. Aquí, en plena Ciudad “Autónoma” de Buenos Aires. Ha ocurrido un hecho que no puede ni debe silenciarse. Un suceso que llena de pena y hasta desesperación en todo ser con un mínimo de sentido de solidaridad social. Sucedió en el barrio San Martín de la Villa 31 de Retiro. Allí, Luis Alberto Ledesma Ruiz, de 29 años, murió pegado a un poste metálico que debía ser cambiado por uno de madera por el gobierno municipal de Mauricio Macri. En eso, la jueza Elena Liberatori había sido bien clara. Firmó dos medidas cautelares por las cuales el Gobierno de la Ciudad debía cambiar el tendido eléctrico en el que los postes de metal debían cambiarse por otros de madera, ya que se “encontraban amenazando el derecho a la vida” de los vecinos del barrio mencionado. Pero las obras del tendido eléctrico, que habían comenzado a fines del pasado año, se interrumpieron en el verano. Algo increíble, que no encuentra explicación. El cambio de postes nunca se inició y el Gobierno de la Ciudad informó que esa tarea no se hacía “porque no se consideraba necesario”, más allá del fallo que obligaba al gobierno comunal. El fallo de junio del año pasado, expediente No. A 277-201310, “Bravo Francia, José Manuel y otros C/GCBA s/amparo” dice que “resulta elocuente ordenar expresamente la confección de un plan de obras para disminuir el riesgo eléctrico en el barrio San Martín realizando las reparaciones urgentes que resulten necesarias. En particular realizar en forma urgente el recambio de los postes metálicos por postes de madera y provisión de alumbrado público básico”.
La muerte de Luis Alberto Ledesma Ruiz, electrocutado, fue denunciada de inmediato por los vecinos a la defensora Cecilia González de los Santos, quien llevó a cabo la presentación judicial. La investigación fue iniciada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal Nº 4. El 4 de abril pasado, la Agrupación de la Villa 31 Los Invisibles se presentó ante la Fiscalía por la falta de cumplimiento del deber por las autoridades de la Ciudad acompañando copias de los fallos de la Justicia. Dice el escrito: “Los Invisibles afirmamos que la soberbia de las autoridades, su falta de respeto hacia los derechos de los sectores populares y del cumplimiento de obligaciones republicanas hacen responsables a los funcionarios macristas que debían cumplir la orden de la jueza”. Y agregaban: “En estos tiempos en que los medios estigmatizan a los pibes de nuestros barrios, nos preguntamos: ¿Es justo que nuestros vecinos jóvenes mueran electrocutados, pegados a los postes de luz? ¿Es justo que nadie se indigne porque un gobierno municipal no cumpla un fallo de la Justicia y provoque así una muerte? ¿No importan nuestras muertes, la de los pibes pobres, por desidia de las autoridades locales? Exigimos que el Gobierno de la Ciudad asuma la responsabilidad civil y penal por el caso de nuestro vecino Luis Alberto y el urgente cumplimiento del fallo judicial para evitar más muertes invisibles”.
Otro hecho que sirve de referencia a este más que injusto episodio: el incendio de la ex Villa Cartón, acaecido el 8 de febrero del 2007. Debajo de la autopista 7, a la altura de Avenida Roca y Lacarra. Allí vivían 468 familias, la mayoría de ellas perdió sus viviendas a raíz del material inflamable con que fueron construidas. El incendio fue intencional. Ya antes, los pobladores habían denunciado que en numerosas ocasiones desconocidos arrojaban madejas de lana encendidas. Esto ponía de relieve la constante estigmatización del asentamiento cuando era notoria la crisis habitacional que existe en la Capital.
A partir de semejante injusticia se inició el interminable trajín de las familias para encontrar una vivienda. Y como siempre ocurre, las que tenían más hijos y ancianos aceptaron ser llevados en forma temporal al Parque Roca. Ante esta realidad, la Legislatura también tomó parte para tratar de solucionar este grave problema. Así es que dictó la ley 1987 modificada por la ley 2271. En la misma se garantizaba viviendas a todas las familias de la ex Villa Cartón. Con la esperanza de que se aplicara dicha ley, esas familias se refugiaron en el Centro de Evacuados. Allí sufrieron hacinamiento y contaminación, sin tener acceso a servicios básicos. Esto provocó la muerte de un bebé de cuatro meses, a más de otros problemas graves. Fue entonces que el juez Gallardo dictaminó el inmediato desalojo del Centro de Evacuados. Además, se les dio a las familias un subsidio habitacional hasta que se les otorgara una vivienda.
Pero sólo el 15/7/2010 y el 14/10/2011 se les entregaron viviendas en el complejo habitacional construido en Castañares y General Paz. Pero se dejó afuera a 192 familias, las cuales siguen a la espera y viven como pueden. El problema empeoró porque ese complejo de Castañares y General Paz tiene que ser compartido con las familias que deben ser reubicadas de la Cuenca del Riachuelo por una disposición de la Corte Suprema. Esto demuestra el déficit habitacional que ha crecido durante el gobierno de Macri, gestión en la cual hubo una casi nula construcción de viviendas.
Realidades porteñas. Es necesario decir basta y comenzar a solucionar este problema demasiado humano.
Acerca de la realidad e historia de nuestras villas de extrema pobreza, el escritor Demián Konfino –hombre de esas villas que ha estudiado como ninguno su historia y su gente– acaba de escribir un libro esclarecedor en todo sentido: Patria Villera. Es la historia de Teófilo Tapia, el habitante más viejo de la Villa 31. Allí está la realidad: sus trabajos desde el comienzo, sus luchas, sus sueños, su solidaridad y la realidad actual. Un libro para que leamos los argentinos y nos miremos al espejo.

jueves, 10 de abril de 2014

La Villa 31, con voz e imagen propias

Jueves, 10 de abril de 2014 

Funciona desde hace cuatro años con la idea de ofrecer a los habitantes una mirada “sin los preconceptos de los que vienen de afuera a estigmatizar y discriminar”. Es el primer canal comunitario de la ciudad en recibir el permiso.

Cañaveral y Guevara, fundadores de Urbana TeVé, con Sabbatella y el director del canal, Milcíades Peña.

Por Carlos Rodríguez

Siempre se habla, en abstracto, sobre “el milagro de la televisión”. En la Villa 31 de Retiro, gracias al esfuerzo de un puñado de hombres y mujeres, con el apoyo de los vecinos y la invocación al cura Carlos Mugica, el milagro es una realidad palpable, en vivo y en directo, que se llama Urbana TeVé, un canal de televisión que llega las 24 horas, por aire y por un sistema de cable local, a cada uno de los hogares de un barrio castigado y estigmatizado por los noticieros de la TV comercial. Desde ayer, Urbana TeVé se convirtió en el primero de los siete canales comunitarios, sin fines de lucro, que funcionan en la ciudad de Buenos Aires, que recibió el permiso otorgado por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), de manos del titular del organismo, Martín Sabbatella. “Es una satisfacción enorme otorgar este permiso a una radio que representa a un barrio emblemático en la lucha por la vivienda y a un grupo de personas que transforman el discurso televisivo para darle a la comunicación popular un anclaje social y territorial profundo.”
“Esto que hoy hacemos es apenas una muestra de lo que pretendemos hacer con la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audivisual en todos los rincones de la patria”, subrayó Sabbatella. El acto se hizo en el segundo piso de un edificio de cuatro, en la Villa 31. Allí está el estudio principal de Urbana TeVé, que tiene sus antenas en la terraza, a la que se llega por una escalera caracol.
Juan Cruz Guevara es un salteño de 58 años que se vino a Buenos Aires siendo adolescente. Primero quiso hacer la carrera militar en la Armada, luego renunció y se hizo chapista. En 1983 fue uno de los vecinos que reconstruyeron la Villa 31, diezmada por la dictadura militar. Hace cuatro años fue quien le dio impulso a la idea de una emisora de TV propia “para mirarnos y conocernos mejor a partir de una forma de comunicación que no discrimina”.
El director de la emisora es el ex legislador porteño Milcíades Peña, quien sostuvo que “el objetivo de Urbana TeVé está ligado desde su creación a la lucha por la urbanización del barrio –de allí su nombre– y a la definitiva tenencia de las tierras por parte de los que viven en la Villa 31”. Otro de los responsables es el arquitecto Gustavo Alberto Cañaveral, quien tuvo una activa participación en el proyecto de urbanización que fue aprobado por la Legislatura en 2009 y que “sólo se ha aplicado en parte, por la oposición del gobierno de Mauricio Macri al plan integral que fue votado por unanimidad”. Otros dos integrantes clave en la creación de la radio, que ya lleva cuatro años en el aire, son Nelly Aguirre, la esposa correntina de Guevara, y un simpático personaje que sólo se identificó como Raúl “El Pollo”.
Sabbatella resaltó que la ley de medios “es fruto de treinta años de debate y hoy puede aplicarse gracias a la etapa que se abrió a partir de 2003 con la asunción del presidente Néstor Kirchner y que continuó con Cristina”. El funcionario resaltó, en un reportaje que le hizo Peña para uno de los programas del canal villero, que “la importancia de que la TV esté acá en la villa es que brinda la posibilidad de tener su propia voz, su propia mirada, los sectores que no se han podido expresar a través de los medios monopólicos, que se niegan a abrir el juego de la democratización de los medios de comunicación audiovisuales”.
Al explicar el lenguaje que enarbola Urbana TeVé, Canal 5 Comunitario, Milcíades Peña recalcó que pretenden “mirar al barrio y a su gente sin los preconceptos de los que vienen de afuera, en algunos casos para discriminar y estigmatizar a los que viven acá o de los que, por el contrario, despliegan una mirada piadosa que tampoco es lo que queremos. Acá son los vecinos los que se han ido apropiando, en estos años, de la conducción de la radio y en eso tenemos que seguir avanzando”.
Peña sostuvo que los vecinos se han ido acercando a la radio día a día, “porque cuando empezamos no comprendían todavía la importancia de tener una voz propia”. Recordó, como anécdota, que hace cuatro años, cuando se hizo una elección para elegir a los delegados del barrio “citamos a todos los candidatos para que les hablaran a los vecinos a través de nuestra televisión. El primero que vino estaba algo temeroso, pero la repercusión interna que tuvo ese reportaje hizo que todos los postulantes vinieran al estudio. Lo que había empezado a las dos de la tarde como un ensayo terminó con el último de los candidatos cerca de la medianoche. Y eso fue porque en el barrio no se hablaba de otra cosa”.
El arquitecto Cañaveral contó, a su vez, que los camarógrafos de Urbana TeVé filmaron completas las discusiones que se dieron en la Legislatura, cuando se analizó la ley para urbanizar el barrio”. Una vez reunido el material, la decisión de los responsables del Canal 5 fue “pasar todas las discusiones, en crudo, sin editar, para que los vecinos pudieran escuchar todo: las posiciones contrarias, las peleas, las puteadas, todo, para que cada uno pudiera sacar sus propias conclusiones, sin manipulación alguna”. Juan Cruz Guevara, el salteño del valle de Quijano que tuvo la idea de “hacer la radio”, hace treinta años que está en la Villa 31, con su mujer y sus tres hijos. Aprendió el oficio de chapista y hasta llegó a tener su propio taller. Llegó al barrio cuando era un basural al que “limpiamos y acomodamos entre todos”. Vivió cuatro meses en carpa, cuidando el lugar donde vive con su familia. La idea de la televisión surgió primero con un pedido a Cablevisión para que sus servicios llegaran a la villa. Ante el fracaso, ellos lograron armar una cabecera para la transmisión local y ahora, por el éxito obtenido, están trabajando para armar una cooperativa. Guevara es ahora camarógrafo y productor de programas culturales. El emblema de Urbana TeVé es un conjunto de rectángulos con forma de edificios, como en la villa, y que tienen los multicolores de la bandera latinoamericana. En la 31, la mayoría son argentinos, pero los programas están dirigidos “a todas las comunidades, sin distinción y sin discriminación alguna”.

Fuente: Página|12

sábado, 5 de abril de 2014

El buen nombre de David Moreira

Desde nuestro Blog de Psicología Social: SOMOS SUJETOS DEL APRENDIZAJE Y DE LA NECESIDAD", creemos imprescindible reflexionar sobre la ola de "linchamientos" que en realidad son homicidios calificados y muestran la cara oculta de la discriminación racista por "portación de cara", donde siempre son víctimas los jóvenes pobres. Aunque no es el caso de David, quienes reducidos a "cosa" pudieran ser responsables de un hecho delictivo. Es por esto que nunca podemos aceptar como sociedad que se haga justicia por "mano propia" y menos aún estos "linchamientos".
Proponemos desde el ejercicio de un pensamiento crítico, este articulo de Sandra Russo para reflexionar sobre lo que nos está pasando como sociedad y las ideologías hegemónicas que estan subyaciendo a estos linchamientos... Psicólogo Social Hugo García - Director del Blog.


El buen nombre de David Moreira


Sábado, 5 de abril de 2014
 
Por Sandra Russo
 
Gracias a La Garganta Poderosa, que de estas cosas –de víctimas que nunca son visualizadas como tales, ni por las instituciones ni por los medios– sabe más que muchos, se pudo oír la voz de la madre de David Moreira, el chico señalado como un ladrón y asesinado a patadas en el barrio Azcuénaga de Rosario, donde tampoco eran nuevas esas confusiones: dos semanas antes, otros dos jóvenes que andaban en moto fueron también confundidos con ladrones por un grupo de remiseros, que los persiguieron a tiros. Los de la moto creían que los perseguían para robarles la moto, hasta que se cayeron y a uno de ellos lo molieron a palos, sin enterarse y a esa altura sin que tuviera importancia si eran ellos los culpables de algo o eran otros. Es necesario retener en la memoria el peso del asesinato de David, porque aunque él hubiese sido el verdadero ladrón de carteras, su asesinato seguiría siendo un homicidio. Pero su familia y sus amigos dicen que David no era un ladrón. Eso reclamó enseguida su familia: salvar su buen nombre. No se podrá esclarecer ese caso, porque David ya fue declarado culpable y escarmentado hasta la muerte en el medio de la calle. Las crónicas sobre su muerte fueron el disparador de otras similares aunque no tan extremas. El nombre de David quedó sepultado entre otros sin nombre. La cosificación de los pobres, en las oleadas de mano dura, es lo primero que sucede.
En este equívoco de la turba que persigue al ladrón pero termina linchando al que se le parece –porque al que se persigue es a un fantasma–, se basa la cosificación del otro, sea cual fuere el otro, si una mujer, si un negro, si un pibe, si un sin techo. El linchamiento de David fue uno de los primeros, y a pesar de que terminó con su muerte y a pesar de que su familia afirma que no era él el ladrón, esa confusión, esa posibilidad de equivocación quedó tapada en los debates televisivos. Ese dato –¿y si nos equivocamos?– no perturbó a ninguno de los exaltados que brotaron como un herpes en diversos puntos del país, ya evidentes contagiados mediáticos con ansias de liberar eso que no tuvo un repudio unánime ni general. Los grandes medios –y otros más chicos que ya se alinearon con ellos– lo presentaron como un debate posible: “¿Está bien o mal linchar?”. A la historia de la confusión de los vecinos de Rosario se la tragaron la dinámica periodística y la miseria política de sus líneas editoriales. Pero no es menor esa confusión, y el margen que este estallido de barbarie le deja a esa confusión. Por esa grieta delgada se filtra la violencia social indiscriminada y sin más salida que el crescendo.
Cuando se desatan estos bajos instintos sociales, es en esa posibilidad de equívoco en el que intentan hacer pie sus promotores: el “caos” es precisamente la ruptura de las causas y las consecuencias. La aprobación o la justificación de una condena a muerte ejecutada de facto por una banda de exaltados que aunque sean designados con la palabra “vecinos” actúan como bestias, la justificación, decía, es la piedra libre para que sea linchado cualquiera. Es el ABC del terror. No hay que saber teoría del Derecho –en lo que Sergio Massa se excusa–, para advertir que si se animan las turbas, el linchado no será necesariamente el ladrón, sino el que pase corriendo y al que le griten ladrón. Ese es el núcleo duro del escenario que vienen a proponerle a esta sociedad ahora, treinta y ocho años después del último golpe militar, quienes se llaman a sí mismos “renovadores” y que se dejan asesorar y rodear por los residuos del funcionariado judicial que acompañó a la dictadura. En ese escenario basta un grito señalando a alguien para direccionar la furia bestial en su contra.
La cosificación consiste en borrar todas las huellas personales de alguien, para reducirlo a un vago objeto de odio, de un odio que tampoco es estrictamente personal. Da lo mismo cómo se llame, da lo mismo si tiene o no familia, da lo mismo lo que hizo o lo que no hizo. Algo habrá hecho, parecen decir las patadas a mansalva de quienes se animan unos a otros para ver quién es más macho en la acepción más caricaturesca del término. Es un instinto de eliminación que lo primero que elimina es la subjetividad del que lo experimenta. Por eso las turbas son turbas y capaces de cualquier cosa, porque ellas también están integradas por cosas. Porque quienes las componen se descomponen en ellas, degradados. Todavía mucho más debajo de nuestros impulsos animales, de allí sale esa fuerza que hace del otro una cosa a disposición para vomitar sobre ella la descarga de furia.
Gracias a la madre de David Moreira –esa cosa de 18 años pateada por otras cosas que terminaron matándolo–, nos enteramos de que había nacido un 4 de enero y que en su último cumpleaños había decidido, con sus ahorros, tatuarse en el tobillo el nombre de sus hermanitos menores, Micaela, Elías y Tomás. Nos enteramos de que como su papá era vendedor ambulante y estaba poco en la casa, David ayudó a criar a esos hermanitos. Que había dejado el secundario y que su mamá se enojó mucho, pero quiso ayudar en la casa y empezó a trabajar como albañil. Que él creció rodeado de cariño. Que tuvo padres y tíos que lo quisieron mucho. Que era muy tímido, que se ponía colorado enseguida, pero que igual tenía muchos amigos. Nos enteramos de que ese chico muerto por las patadas de esos extraviados no era de los que viven en la calle. Que tenía una relación tan estrecha con su madre que la llamaba siempre para decirle dónde estaba o a qué hora iba a llegar. Que era hincha de Central. Que esa tarde que no llegó a su casa su madre creyó que tal vez había ido a la cancha, pero después averiguó que no, que David había decidido, tal como le había dicho, no gastar en la entrada. Cuidaba cada peso. Su billetera, cuando cobraba, se la daba a su madre, y le decía “sacá lo que necesites”. Hasta de su cuerpo hubo otros que pudieron sacar lo que necesitaban: la familia de David donó sus órganos a siete personas que estaban en lista de espera. “Se fue mi mano derecha, mi David querido, pero hay muchos como David que pueden ser asesinados o maltratados”, escribió su madre en la carta a La Garganta Poderosa.
Pero el agite mediático se olvidó de él. No está en agenda. El debate vergonzante que surgió de su asesinato insiste en si está bien o está mal linchar ladrones. David ha quedado sumergido bajo la maraña de falacias y reducciones que perforan los tímpanos desde las pantallas o las radios. Fue privado de la vida y de la oportunidad de un buen nombre. El proyecto de país que late bajo este tipo de violencia reintroduce la idea de la población sacrificable.


Fuente: Página|12

viernes, 4 de abril de 2014

3 de abril

Jueves, 03 de abril de 2014 

Llega la noche del 2 de Abril y Malvinas quedó atrás. Habrá que esperar un año para inflarse el pecho de patriotismo mientras lamentamos que el feriado correspondiente no sea de los que se corren y nos permitiera gozar de un fin de semana largo.


Carlos Matteoda/ De la Redacción de UNO
cmatteoda@unoentrerios.com.ar

¿Cómo es posible que esas historias que ayer nos llenaron de orgullo, hoy no signifiquen nada y casi no se recuerden?
No las del ayer, sino las de ayer. Las que se replicaron miles de millones veces en las redes sociales, cosechando millones de Me gusta y siendo compartidas hasta el hartazgo.
Llega la noche del 2 de Abril y Malvinas quedó atrás. Habrá que esperar un año para inflarse el pecho de patriotismo mientras lamentamos que el feriado correspondiente no sea de los que se corren y nos permitiera gozar de un fin de semana largo. No por nosotros claro, sino por el bien del turismo que tanto empleo genera, diremos tal vez para disimular el offside patriótico.
Para los que en 1982 ya teníamos cierto uso de razón Malvinas dice algo, aunque más no sea el recuerdo de algún soldado que fue a la guerra. Argentina tenía en ese momento 27 millones de habitantes y hoy debe andar por 43 o 44 millones; pero además de aquellos 27 millones, muchos han fallecido, por lo que tranquilamente la mitad de los argentinos de hoy no vivían cuando ocurrió la gesta de Malvinas y se enteraron porque se lo contamos, en casa, en la escuela, en los medios, en las redes sociales.
Me pregunto qué información tendrán del tema, si la de ayer o la de los otros 364 días de silencio. Y hablemos de la gesta de 1982 porque de lo ocurrido allá por 1830 casi todos sabemos poco. Lo raro es que de esta guerra todavía encontramos a los héroes cuando subimos a un colectivo o cuando vamos a la panadería.
Ayer mi hijo me dijo que durante el mes harían alguna actividad en la escuela relacionada con Malvinas. Por lo pronto hoy habrá un acto. “Qué suerte, va a ser en la hora de matemáticas”, me pareció escuchar. No puedo retarlo por eso, si nosotros, que ya habíamos nacido en aquel momento, nos conformamos con compartir algo en Facebook. Si me equivoco, cuánto mejor, pero no creo que así sea.
Me preguntaba si sabemos qué tenemos que hacer para recuperar Malvinas. Se lo pregunté ayer a algunos conocidos y las respuestas fueron en su mayoría difusas, o simplemente silencio.
Creo, modestamente, que sirve que no solo el 2 de Abril estimulemos el recuerdo emocionado de lo que generó en los argentinos la guerra de Malvinas. Que revivamos la gratitud hacia quienes dieron la vida en esas tierras y, del mismo modo hacia tantos otros fallecidos tras su regreso ante una generalizada indiferencia del Estado y la gran parte de la sociedad. Y por supuesto, el reconocimiento y enorme gratitud con quienes son hoy los veteranos de esa guerra.
Es mucho lo que se puede decir, aunque eso no logrará cambiar lo que ya pasó: ni la guerra y sus motivaciones, ni la desmalvinización posterior ni la deuda con los veteranos y con las familias de los caídos.
Si embargo hoy podemos hacer mucho para recuperar Malvinas en la vida diaria, en nuestra función de todos los días, teniendo presente lo ocurrido, recordándolo, enseñando sobre ello en las escuelas, difundiendo el sustento del derecho argentino sobre ese territorio.
Es una idea simple, pero cierta. Recuperamos Malvinas cuando no permitimos el olvido, y esa tarea es hoy 3 de abril; mañana, 4 de abril; y todos los días año. 


Fuente: DIARIO UNO