lunes, 27 de septiembre de 2010

SEMINARIO TALLER CON ALFREDO MOFFAT

Estimada gente, les hacemos llegar esta invitación para un nuevo seminario de Alfredo Moffatt en Paraná, además se incluye la ficha de pre-inscripción para participar del mismo. Saludos!!

1- Invitación especial
2- Formulario de pre-inscripción


viernes, 24 de septiembre de 2010

Mujer en la calle - Página|12

La autora, desde la perspectiva de la psicología comunitaria, pone el foco en los abusos y desconocimientos que deben afrontar las mujeres en situación de calle.


Por Alicia Andreozzi *


Tanto en la vía pública como en las instituciones oficiales o privadas que atienden personas en situación de calle, las mujeres constituyen una fracción minoritaria. Por ejemplo, en la Obra de San José, el número de mujeres que concurre al desayuno o a los distintos servicios asciende al 15 por ciento del total de asistentes. Esto no significa que la emergencia afecte menos a las mujeres que a los hombres; inciden dos tipos de factores. Uno de ellos es la visión tradicional de la sociedad paternalista en el sentido de que la mujer es más débil, menos apta y, por ende, debe ser más protegida. Si una mujer pierde su empleo y con él su vivienda, es más probable que sea acogida por su familia que un hombre en su misma situación, quien, más temprano que tarde será tildado de “vago”. El otro factor, menos evidente y más complejo, consiste en que la mujer no se permite –ni la sociedad le permite– la calle, dado que el valor simbólico del género remite a la maternidad, el hogar, la familia, conceptos que en el imaginario social implican un subtexto incompatible con “la calle”.

Llegado ese extremo, la mujer atiende sus necesidades con los escasos recursos con que cuenta para afrontar la situación y acotar los riesgos, generalmente asociados con el robo de sus pertenencias o con intentos, concretados o no, de abuso sexual y hasta de violación. Este status persiste, muchas veces casi sin ser advertido. El cuadro no recibe, a nivel público o privado, una respuesta institucional de la intensidad y calidad necesarias para generar modificaciones. Una explicación posible se refiere a los criterios de asignación de recursos. Otra tiene que ver con prejuicios fuertemente enraizados en el imaginario colectivo, que incluye también a las personas de sexo masculino en situación de calle y, por cierto, al resto de la sociedad, entre ellos, los colaboradores y funcionarios de las instituciones destinadas a albergarlas y contenerlas.

Uno de estos prejuicios se refiere al concepto de violencia. Se dice que las manifestaciones violentas de la mujer, si bien son menos frecuentes que las de los hombres, se producen con mucha mayor virulencia y son, por lo tanto, más difíciles de controlar. En realidad, más que hablar de componentes de una personalidad agresiva y violenta correspondería una reflexión sobre el modo en que se conforman mecanismos defensivos que, ante la persistencia de la situación, se instalan, pasando a ser elementos estructurales de la personalidad cuya modificación requeriría, además de una mínima recomposición de cada situación personal, el trabajo coordinado de un equipo multidisciplinario –médicos, psicólogos, sociólogos, educadores– por un período prolongado.
 
Las situaciones de higiene personal juegan en sentido análogo. Si bien, al menos en la institución mencionada, el coeficiente de utilización de las duchas es más alto que el de los hombres, también son observables, en el universo general, casos diametralmente opuestos.

Esto también debe registrarse como la emergencia de situaciones de depresión ocasionadas en la circunstancia que atraviesan, por una parte, y, por la otra, a veces constituye un mecanismo defensivo respecto de la agresión sexual. Es obvio que una mujer sucia y maloliente es presa menos apetecible para violadores y abusadores, con lo cual la eficacia como instrumento preventivo reafirma el comportamiento, tornándolo estructural.

Las situaciones de agresión no tienen lugar solamente en el espacio público. También en ámbitos privados se generan situaciones que, por acción u omisión, redundan en manifestaciones de violencia psicológica, y aun física, contra mujeres afectadas por esa problemática.

Experimentan mayor dificultad para acceder a duchas y comedores, dado que, por la enorme diferencia proporcional entre hombres y mujeres en situación de calle, estos servicios fueron diseñados básicamente para atender a usuarios de sexo masculino, al punto de que los baños de mujeres –cuando existen– no cuentan con bidet, elemento de higiene íntima habitualmente utilizado. Y no todas las instituciones suministran apósitos femeninos, aunque sí facilitan afeitadoras descartables. No existen instituciones que en sus programas rutinarios de asistencia incluyan el suministro de lápices labiales, o de colonia, ni esmalte para uñas, es decir, no se suministran cosméticos. Esto, que puede parecer una frivolidad, debe ser analizado desde el punto de vista del proceso de reconstrucción de una subjetividad profundamente dañada: del efecto positivo que se produce cuando esa mujer, un poco mejor arreglada, se mire al espejo y se encuentre con una apariencia más agradable. Tampoco debe dejarse de lado el hecho de que una mujer bien arreglada tiene mejores posibilidades de conseguir empleo.
 
La mujer en situación de calle también es objeto de una mirada distorsionada en cuanto a su decoro en las relaciones con personas del sexo opuesto. Cuando una mujer debe dormir en la calle, si lo hace sola los peligros se multiplican y agravan: intentará hacerlo en una ranchada amiga, donde tenga garantías básicas en cuanto al trato por parte de sus compañeros de habitación a cielo abierto. Si es invierno, el transeúnte la va a ver durmiendo amontonada con los demás, seguramente en busca de abrigo, para que las frazadas y los colchones alcancen más; pero la percepción tal vez sea la de una situación promiscua y así se instala en el imaginario social. Esto no excluye al personal rentado ni a los voluntarios de instituciones oficiales o privadas, que incorporan esto a sus representaciones simbólicas estructurales. Entonces, cuando esas instituciones son mixtas, situaciones que impliquen falta de respeto hacia las señoras que concurren van a ser vistas como incidentes menores, nada más que faltas disciplinarias que –en el mejor de los casos– se resuelven con una sanción menor hacia el ofensor.

En este extremo de desprotección, el derecho de la víctima no llega a manifestarse. Si una señora que vive en un departamento o casa es agredida sexualmente, el tratamiento del problema en sede judicial conlleva casi de inmediato al dictado de una medida precautelar que prohíbe al denunciado acercarse a menos de 500 metros del domicilio o lugares de concurrencia habitual de la agredida. Esto no sólo funciona como medida preventiva para evitar la reiteración de los ataques, sino que salvaguarda emocionalmente a la mujer al evitarle la violencia moral de tener que estar con alguna frecuencia en presencia de quien intentó violarla o manosearla. Pero resulta difícil imaginar a un juez prohibiendo a un hombre acercarse a menos de 500 metros de una determinada plaza, comedor o iglesia.

Hay un cambio en la composición social de las personas en situación de calle. Se registra mayor proporción de mujeres, como consecuencia de la política de desalojos del gobierno de la ciudad de Buenos Aires o de problemas en los asentamientos precarios, por ejemplo el incendio de la villa “La Fábrica”. Estos grupos se incorporan a la calle sin tener experiencia, sin conocer los códigos; deben encarar un esfuerzo adaptativo para sí mismos y sus familias, en un momento en que el gobierno de la ciudad ajustó hacia abajo partidas presupuestarias para políticas sociales. El incremento de mujeres vulnerables no va acompañado por un correlativo aumento de las instituciones aptas para alojarlas y darles contención.

El aspecto positivo es que son más fácilmente rescatables, dado que tienen frescos el imaginario de vida familiar –aun en condiciones precarias– y ciertos hábitos culturales que los hacen aptos para el trabajo, por lo menos el informal: con adecuadas políticas habitacionales y de promoción social estratégica, estas personas podrían ser recuperadas para la sociedad y el ejercicio de la ciudadanía: pero estas políticas no existen ni tampoco la voluntad de implementarlas.

La mujer en calle con familia a cargo encuentra aún más difícil la situación. Tiene menos recursos para conseguir alimentos y más bocas que alimentar. Muchas veces no puede concurrir a los distintos servicios o realizar los trámites que le habiliten el acceso a determinadas prestaciones, porque no tiene quién cuide a sus hijos, situación que también limita gravemente sus chances de conseguir empleo. Al no existir posibilidad de dejar a sus niños bajo algún tipo de protección institucional durante un horario diurno prolongado, tampoco le es fácil trabajar en tareas de servicio doméstico: pocas veces será aceptada si va con un niño, mucho menos si tiene varios.
 
La calle para estas mujeres presenta un componente agresivo aún más brutal. Si bien el Consejo del Menor y la Familia tiene la obligación de tutelarlas, esta tutela se implementa habitualmente mediante la internación en un hogar, junto con sus hijos, salvo que éstos tengan más de 14 años, en cuyo caso los niños mayores son alojados en otra institución. Desde la escuela primaria nos enseñan que la familia es la unidad social básica, “la célula de la sociedad”, pero, cuando esa familia entra en riesgo, la respuesta institucional es disgregarla. También nos enseñan que los menores deben ser tutelados, pero es difícil de explicar cómo se tutela a un menor separándolo forzadamente de su mamá y de sus hermanos más pequeños.

* Extracto de un trabajo que se presentará en el Primer Encuentro Nacional de Psicología Comunitaria, a partir de mañana en la Facultad de Psicología de la UBA.


República Argentina
Todos los Derechos Reservados

miércoles, 22 de septiembre de 2010

La otra iglesia: economía y algo más

Por Eduardo de la Serna: Coordinador del Movimiento de Sacerdotes en Opción por los Pobres.

Hay un modelo económico impuesto a sangre y fuego del que no es fácil salir y del que la oposición, y una parte importante del poder mediático, parece hacer lo posible para que las cosas queden como están.

Además de la gravedad que el hecho tiene en sí mismo, el golpe y la instauración de una pseudodemocracia en Honduras tiene el plus de gravedad del metamensaje de “La Embajada” y los poderosos: esto lo podemos repetir en cualquier lugar donde nuestros intereses estén en juego; nosotros jugamos el juego que queremos y con las reglas que nosotros ponemos; con nosotros no se juega.

Parece que para ellos el margen de tolerancia es pequeño, y si bien no les molesta actuar dentro del campo de juego de una “democracia de baja intensidad”, no están dispuestos a tolerar una auténtica “independencia”, o “soberanía”. La vigencia de la vieja “teoría de la dependencia” no terminó con la cooptación de Fernando H. Cardoso, y si bien hoy muchos nuevos elementos deben incorporarse al análisis, mucho de aquello todavía debe tenerse en cuenta.
 
Un cierto revuelo causaron los dichos del conocido ex director del Buenos Aires Herald, Robert Cox (foto), acerca del peronismo. El neófito (¿o nonato?) en democracia Samuel Gelblung pareció desconcertado por la defensa de Eduardo Aliverti del gobierno de Perón, o mejor, que manifestara su desacuerdo con Cox. En realidad, no sé si era sensato esperar otra cosa de Cox. Un liberal honesto llamó –y llama– la atención en la Argentina por su actitud en la pasada dictadura, pero no porque se comparta o coincida con todo lo que dijo o piensa, sino porque como liberal, cree en la importancia y centralidad de la libertad, cosa obviamente ausente en las voces que se escuchaban durante la dictadura genocida; pero como liberal, está en dificultades ideológicas para comprender el fenómeno del peronismo. Otro problema, es por qué los liberales argentinos no hablaron como Cox, no tomaron claras posiciones como Cox, en especial sus colegas de la prensa. Pero ya señalé que Cox es un “liberal honesto”.

En una línea semejante, es curioso escuchar a periodistas, “liberales o pseudo”, hablar de Venezuela, también Cox lo hizo. El viejo “cuco” cubano de los ’70 parece ser hoy el “chavismo”. No voy a opinar sobre una realidad que desconozco, lo que sí puedo dejar claro es que no les creo a los medios de comunicación social cuando “informan” sobre Venezuela. Lo cierto es que comparar a Chávez con Perón, o el chavismo con el kirchnerismo me parece absurdo, falso y tendencioso. Por no decir superficial. Pero –precisamente porque no les creo, y más aun, sospecho de sus intereses– debo decir que tengo tendencia a estar más cerca que lejos de Chávez.

Voces cercanas a la “ideología militar” quieren hacernos creer que los montoneros están “dando vueltas”. Obvio que, por un lado, es un modo de decir que “el kirchnerismo quiere instalar en la Argentina la ideología marxista, apátrida, subversiva, terrorista que fue derrotada en los ’70”; y por otro lado, sirve de globo de ensayo –¿como Honduras?– para crear clima y, eventualmente, conquistar espacios. Es cierto que discursos como los de unos montoneros que dicen que “no hemos enterrado las armas”, alientan este clima. La idea da para decirles que las pueden enterrar bien, que no las necesitamos ni queremos, y que la democracia la vamos a defender sin su ayuda –gracias– que ya bastante mal hicieron contra la democracia en el ’76. Pero después uno también se pregunta si los genocidas enterraron las armas, y ciertamente escuchar declaraciones –como las recientes de Videla– que repiten una y otra vez que lo volverían a hacer, sólo dice que no lo han hecho. Y contra estas armas también debe defenderse la democracia. O mejor dicho: es contra estas armas que debe defenderse, porque son las que les han sido entregadas en nombre de la patria.
 
Claro que no es fácil entender qué decimos al decir democracia. Democracia decían los griegos, cuando para ellos el “pueblo” eran cinco gatos de la elite; democracia dijo Bush que implantaría en Irak, sin consultar al pueblo; democráticos se llaman algunos estados comunistas; “democracia universal” se dijo, aunque la mujer no tenía acceso al voto, para poner un ejemplo. No parece demasiado discutible afirmar que el término es “polisémico”. Muchos cuestionan el “populismo”, y desprecian profundamente al “pueblo”, pero se llaman a sí mismos “demócratas”. Creo que aquí radicaba el problema con la definición de Cox. Es muy difícil afirmar que Perón –y el peronismo– no eran democráticos en cuanto a que fueron elegidos por el voto popular. El golpe del ’55 afirmaba que no se respetaba a “las minorías”, no que no tenía apoyo de las “mayorías” (curiosa “democracia” en la que las “minorías” derrocan la voluntad de las “mayorías”). La referencia a “caudillos” ¿puede considerarse algo “no popular” o “antipopular”?; que para cierta mentalidad liberal el caudillo sea algo cuestionable, no niega su raíz popular y –por lo tanto– en un profundo sentido “democrático”. ¿Alguien que conozca el fenómeno zapatista en México se atrevería a decir que no son democráticos? (“aquí el pueblo manda y el gobierno obedece”, se trata de “mandar obedeciendo”). Seguramente esto no será del agrado de Cox, pero es otro tema.

Es verdad que hay muchas y diversas maneras de entender la democracia. Obviamente, la nuestra se guía por una Constitución que señala los marcos de referencia de esta democracia. En lo personal, no estoy de acuerdo con algunos aspectos, o ciertos puntos, pero este es nuestro marco, y con él debemos guiarnos mientras no se haga una reforma. Y guiándonos con este marco, se fortalecerá la democracia. Porque es evidente que hay muchos elementos o aspectos que no se cumplen. En lo personal, creo que tenemos una democracia tutelada, donde “el capital” marca límites, agenda, leyes, o hace tambalear gobiernos, jueces o ministros. No es fácil para un gobierno, un legislador o un juez enfrentar el poder económico. Basta mirar la reacción que provoca en tantos la propuesta de “participación de las ganancias de las empresas”. El término es constitutivo de la doctrina social de la Iglesia desde los orígenes, pero los obispos callan, Infobae habla de “ley antiempresa” (que recuerda la presentación de la Ley de Medios como “ley mordaza”), y “Méndez” habla de cubanización o chavismo. La oposición calla –como los obispos– y aparecen remedos de aquel “viva el cáncer” aludiendo a la carótida.
 
Hoy sabemos bien que el golpe genocida del ’76 contó con un globo de ensayo: las bandas armadas, la Triple A; en el golpe, con el amago del brigadier Orlando Capellini, y en lo económico, con Celestino Rodrigo. Pero lo más claro es que el golpe fue para instaurar un modelo económico. Más grave que los desaparecidos, las torturas y toda la violencia genocida fue la instauración de un modelo económico, como lo reconoce la célebre carta de Rodolfo Walsh. Y es evidente que esos mismos que alentaron el golpe seguirán impulsando o ejerciendo su poder ante cualquier amago de “populismo”; sea Techint en Venezuela, Clarín y Papel Prensa, la Sociedad Rural y tantos que “soportan” una democracia mientras puedan seguir sin ser molestados. Creo que el modelo económico no cambió, aunque es evidente que todo cambio menor o grande genera interminables conflictos en los que los poderosos “ponen toda la carne al asador”: sea la 125, la Ley de Medios o Papel Prensa, sea Kraft, las AFJP, Aerolíneas, la participación en las ganancias, la renta financiera, la Asignación Universal por Hijo, etcétera.

Y en este contexto, resulta extraño (o no) escuchar a algunos que parecían ser “progres” hablando de la dictadura (“basta con este tema”; “ya no tenemos que hablar de los ‘70”). No sé si ellos creen que ya hemos cerrado y terminado con los efectos de la dictadura, pero no sólo hay juicios pendientes, nietos sin recuperar (¿no, Ernestina?), sino un modelo económico impuesto a sangre y fuego del que no es fácil salir, y del que la oposición, los empresarios y una parte importante del poder mediático parece hacer lo posible para que las cosas queden como están. O quizás, se cansaron ya del juego de “rebeldes progres” y ahora “vamos a hablar en serio”. Y para hablar bien en serio, nada mejor que seguir el son del Clarín, en defensa de La Nación y bien alimentados en la mesa de Magnetto (o de Carrió, que no es distinto).

viernes, 17 de septiembre de 2010

El Gobierno lanzó un canal para niños y anunció la creación de una señal de ciencia y tecnología - TELAM

Cristina destacó que la señal infantil "Pakapaka", cuya ceremonia de lanzamiento encabezó hoy, "representa nuestros valores e identidades culturales" y enfatizó que es "un formato absolutamente nacional". Además, anticipó la creación de otro canal con contenidos específicos de ciencia y tecnología.

"Tenemos el inmenso orgullo de poder presentar en el marco de lo que pensamos debe ser la cultura, la educación y una televisión pública, una señal como Pakapaka, que es un formato absolutamente nacional, hecho por argentinos y para argentinos", dijo la jefa de Estado en un acto en la residencia de Olivos.

Del acto participaron el ministro de Educación, Alberto Sileoni; el presidente del directorio de Radio y TV Argentina, Tristán Bauer; figuras del espectáculo como Leonardo Sbaraglia y niños de jardines de infantes.

La Presidenta destacó que la nueva señal "representa nuestros valores e identidaes culturales", y que viene a cumplir con la ley de servicios audiovisuales, que "exige a todos que una parte importante de la programación esté dedicada a los niños, con programas para niños y protagonistas niños".

En su mensaje, Fernández de Kirchner remarcó asimismo el trabajo de la señal Encuentro, que también depende de ministerio de Educación, como "un modelo ampliamente reconocido, que ha penetrado en todos los hogares y estamentos sociales" y afirmó que "no es cierto que la gente o la sociedad no demanda productos de calidad".

"Cuando hay productos de calidad, la gente lo toma y se apodera de eso, y termina siendo de todos, que es lo mejor que le puede pasar a un creador", expresó abrazando a una niña llamada Milagros que eligió para acompañarla desde el estrado.

Por último, agradeció especialmente a Bauer, de quien señaló que "en materia de comunicación, es un orgullo para nosotros como gobierno y tiene que ser un orgullo para todos los argentinos por los productos de calidad que ha sabido crear y seguirá creando".

En ese marco, adelantó que el próximo proyecto será la creación de un canal de ciencia y tecnología, "no aburrido sino divertido" y afirmó que "si nos hubieran enseñado la ciencia y la tecnología de otra manera hubiera tenido más cultores".

Según informó el ministerio de Educación, la nueva señal intentará reflejar una "nueva estética" y "otra concepción" sobre el público infantil "respecto a sus posibilidades y necesidades y apuntando enriquecer su mundo", además de "complementar las políticas nacionales de equidad y mejoramiento de la calidad de la educación".

"Pakapaka" fue pensada para chicos y chicas de todo el país, y en ese espacio van a convivir microprogramas, documentales, dibujos animados y diferentes secciones grabadas en distintos ámbitos de Argentina para que los más pequeños aprendan y se diviertan.

La programación del canal estará dividida en dos franjas de edades.

Ronda Pakapaka se dirigirá a niños de 2 a 5 años, e incluirá contenidos que prestarán especial atención a ciertos procesos propios de la edad, como la posibilidad de jugar todo el tiempo y con cualquier elemento, la repetición, la interactividad, la transformación simbólica de los objetos, la importancia de las rutinas en la vida cotidiana, la construcción del conocimiento asociado a la experiencia) y el descubrimiento del cuerpo.

En tanto, Pakapaka -a secas- estará dirigida a chicos de 6 a 12 años, y los contenidos de esta franja tendrán que ver con la construcción de vínculos con los pares en el espacio escolar, con el barrio o con alguna actividad extraescolar, como deportes, talleres artísticos, grupos de iglesia o bandas de música.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Fotos 2009-2010: "No es marca registrada pero la supera"




A más de un chico una sonrisa le robamos... a más de cada uno de nosotros, ellos, con una sonrisa se quedan...

El Apostolado ¿Quiénes son?

Si no nos conoces, te contamos que somos un grupo de jóvenes universitarios que desde el año 2003 compartimos la tarde de los sábados junto a los niños del Barrio San Martín y Humito... Nuestro Apostolado consiste en Amar desde la Caridad con Alegria... y ese Amor lo canalizamos a través de distintas actividades como juegos, manualidades, alfabetización y demás actividades recreativas ... sabiendo que lo principal es la presencia de cada sábado cerrando la tarde con un chocolate caliente...


miércoles, 1 de septiembre de 2010

VICENTE ZITO LEMA EN PARANA " LA POBREZA COMO CRIMEN Y DELIRIO"

Vicente Zito Lema es poeta, dramaturgo, periodista, docente, abogado, investigador de temas artisticos y sociales.

Profesor de Psicologia social formado junto a Enrique Pichon Riviere.

ORGANIZAN: IDEPER Y AGMER

ENTRADA LIBRE Y GRATUITA
 
FACULTAD TRABAJO SOCIAL (LA RIOJA Y URQUIZA)

II JORNADA “TRABAJO INTERDISCIPLINARIO: DISCURSOS Y PRACTICAS EN INSTITUCIONES DE SALUD”

Viernes 29 de octubre de 2010
Lugar: Vieja Usina

INVITADO ESPECIAL: Dr. Francisco Maglio
Doctor en Medicina. Master en Salud Pública. UBA.
Presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica.
Vicepresidente de la Asociación Argentina de Investigaciones Ética. Profesor titular en la maestría de Ética en Investigación de la Universidad

Abierta Interamericana.

Dr. Honoris Causa de la UNER.

Participa: Dra. María Elena Sinópoli
Médica Psicoanalista.
Integrante de la Asociación Psicoanalítica de Rosario.

Organizan:
Servicio de Salud Mental
Residencia de Clínica Médica
Hospital San Martín

Informes e inscripción:
Serv. Salud Mental de 8:30 a 9:30

Cupos Limitados. Arancel:
$30 estudiantes - $50 profesionales


Con el Aval Científico de:
Comité de Docencia del HSM
Colegio de Psicólogos de ER