23 de septiembre de 2014
Docentes y militantes de la Universidad Nacional de
Cuyo investigaron el proceso de participación estudiantil y los cambios
educativos desarrollados antes del terrorismo de Estado. También
sistematizaron información sobre las víctimas de la represión.
La
participación estudiantil en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo)
antes del golpe de 1976, la reforma pedagógica implementada por Roberto
Carretero y Arturo Roig, entre 1973 y 1974, y las biografías de los
estudiantes y profesores desaparecidos y asesinados durante la última
dictadura son los principales temas que abordó una investigación
realizada por docentes y militantes en la propia institución. “La
recuperación de la experiencia del movimiento estudiantil y el debate
por la reforma pedagógica de aquellos años tienen como objetivo traer e
incorporar estos proyectos que existieron en la universidad y que, por
lo que vino después, quedaron bloqueados. Hacer esa revisión no es sólo
una cuestión de conocer el pasado, sino que nos interesa que sirva para
discutir hoy qué tipo de universidad queremos”, contó Nazareno Bravo,
uno de los docentes a cargo del trabajo.
El proyecto de extensión universitaria en que se basó la
investigación se tituló “Participación política y represión en la
Universidad Nacional de Cuyo durante la década de 1970”. Y como
resultado de ese trabajo, la editorial de la universidad (Ediunc) acaba
de publicar el librMercedes Molina Galarza y Nazareno Bravo estuvieron a cargo de la investigación. Ambos son sociólogos, investigadores del Conicet y docentes de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo, pero además son militantes de la agrupación HIJOS. “Una vez que empezamos a hacer el trabajo para conseguir los nombres, fechas, datos precisos, nos empezamos a dar cuenta de que había muchísima información que desbordaba el primer objetivo”, explicó Bravo a Página/12.
El trabajo, del que participaron también Paula Baigorria y Esteban Tealdi, derivó entonces en tres producciones. El primero, un documental con el mismo nombre. Después, el libro y, por último, una página web que ofrecerá un contexto histórico, fechas y más datos.
La investigación se centró en entrevistas a estudiantes e “informantes clave”, protagonistas de la época. Se hicieron más de sesenta entrevistas en profundidad y se utilizó una plataforma documental, que incluyó diarios con noticias de la UNCuyo durante el período, fotografías, resoluciones, testimonios, relatos y análisis. “Se tuvo acceso al centro de documentación histórica de la propia universidad”, señaló el investigador.
Bravo destacó que, a través de este proyecto, es la primera vez que la universidad abre una instancia de revisión de su propia historia. No solamente hay una parte de homenaje a los estudiantes, sino que también surgen cuestiones vinculadas a la complicidad de la universidad. “Hay recuperación histórica, pero también hay un aporte al debate sobre la democracia y la universidad, las instituciones en general”, explicó, y destacó que esto sirve para pensar las particularidades locales del terrorismo de Estado. “El día de mañana esto puede resultar un material de consulta interesante para conocer cómo se dieron esos procesos en Mendoza”, sostuvo.
Otro aspecto del trabajo recupera material vinculado a los estudiantes desaparecidos, que facilitaron los propios familiares y amigos de las víctimas. En la selección de fotografías recuperadas aparece un montaje gráfico realizado por Silvina Barbanente, uno sobre el movimiento estudiantil y otro sobre las vidas de los desaparecidos. Dibujos de estudiantes de arte desaparecidas, pentagramas de alumnas de música, fotos personales y otros materiales.
Un apartado de la investigacón se ocupó de los debates pedagógicos de la época, vinculados a un proyecto liberador en conflicto con una visión conservadora. La reforma iniciada en el ’73, un proceso de discusión sobre la formación que la UNCuyo debía brindar, cobró un carácter formal bajo el impulso del entonces rector Roberto Carretero y su secretario académico, Arturo Andrés Roig, basándose en aportes de Paulo Freire. En ese proceso participaron estudiantes y no docentes y se introdujo una perspectiva latinoamericana en los contenidos. “Esto da un vuelco de 180 grados con el ingreso de la ‘misión Ivanissevich’, que produjo un retroceso conservador”, dijo Bravo. “Fue un proceso de reforma muy importante, pero que quedó trunco muy rápidamente.”
Informe: Aldana Vales.
Fuente: Página|12
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