Lunes, 04 de agosto de 2014
El 40% de los varones consideró “normal” forzar a
sus compañeras a tener relaciones sexuales, determinó un estudio que
analizó los vínculos afectivos entre personas de 15 a 20 años en cuatro
provincias, entre éstas Entre Ríos.
Los jóvenes en relaciones de noviazgo
identificaron y condenaron la violencia física, pero 40% de los varones
consideró “normal” forzar a sus compañeras a tener relaciones sexuales,
determinó un estudio que analizó los vínculos afectivos entre personas
de 15 a 20 años.
“El 80% de las chicas reconocen y rechazan la violencia
sexual y en los varones ese porcentaje es sólo del 38, uno de los datos
significativos que nos muestra que la igualdad de géneros está pendiente
en las relaciones afectivas de las nuevas generaciones”, dijo a Télam,
Lucila Trufo, comunicadora de la asociación civil Trama.
La ONG junto al Instituto Abierto para el Desarrollo y
Estudio de Políticas Públicas realizó la investigación ‘ Jóvenes, las
relaciones de pareja y malos tratos en el noviazgo`, en base a encuestas
online y talleres con 472 jóvenes, varones y mujeres de entre 15 y 20
años, de Ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Tucumán,
Córdoba y Entre Ríos.
El documento reveló que a estas edades las mujeres “son
quienes, sin ninguna duda, viven situaciones de relaciones sexuales
forzadas o no consentidas con sus parejas estables u ocasionales” y que
”la transgresión de las chicas a las expectativas de género es mucho más
condenada que la de los varones”.
La violencia física está clara para los adolescentes: “Hay
un montón que cagan a palos a las novias, tenés que mirar el noticiero
nomás. Yo tengo un montón de amigas que el novio les pega, están hace un
montón de años pero no quieren dejar por miedo a que el chabón le
pegue, le haga algo”, aportó una joven en uno de los grupos
participativos.
Su testimonio es parte del 80% que consideró que una
bofetada en una discusión de pareja es un hecho grave, mientras que el
85,2% de las mujeres identificó los riesgos de una amenaza de golpe,
pero en los varones esta percepción bajó casi 13 puntos porcentuales.
“Salvo la violencia explícita, a los chicos les costó
identificar los malos tratos psicológicos. Creemos que ahí reside el
desafío de las intervenciones para prevenir y erradicar la violencia de
género en las parejas jóvenes”, aportó la indagación.
El efecto del control sobre la pareja, potenciado por las
redes sociales, fue sintetizado por una de las jóvenes: “Él me
controlaba mucho y quería la contraseña de mi Facebook para borrar a los
que yo tenía. Y yo le decía: `No, entrás a mi muro todos los días`. Era
mucho control, yo me sentía asfixiada”.
Ellos, mayoritariamente, siguen actuando en sus relaciones
afectivas “en base a roles tradicionales, donde la mujer es sumisa, se
ocupa de la casa, a pesar de ser hijos de madres que trabajan fuera del
hogar y son estudiantes”, explicó Trufo, quien coordinó el trabajo.
Durante las charlas con los jóvenes fue “unánime la opinión
de que a las mujeres no hay que pegarles porque eso los hace menos
hombres, los degrada en su masculinidad”, concluyó el estudio.
Pero la falta de identificación de la violencia sexual por
parte de la mayoría de los encuestados “es un indicador de las
diferencias de roles de género y el ejercicio de poder sobre los cuerpos
y los deseos sexuales de las mujeres”, señaló la comunicadora.
En los relatos de sus experiencias sexuales “aparecen
claramente los estereotipos de género tradicionales que regulan las
actitudes y opiniones frente a la sexualidad. Los varones aparecen como
siempre `disponibles` para la actividad sexual”.
“¿Quién propone ir al telo?” preguntó una de las
coordinadoras de los grupos de reflexión, y la mayoría de las chicas
contestó que es el hombre el que decide, que hay que ir porque si no él
va con otra, por lo que otra conclusión de la investigación es que a las
mujeres “se les sigue pidiendo que ejerzan un rol de control de ese’
impulso’ masculino”.
Otra contribución del trabajo fue visibilizar “la demanda
de los chicos por espacios para hablar de estos temas que no están
habilitados ni en la familia ni en la escuela. Y que son temas de su
interés siempre que se los aborde partiendo de sus propias experiencias y
no como mandato del discurso adulto”, señaló Trufo.
El amor romántico, las relaciones de amistad, los
conflictos son algunos de los ejes de la investigación que se presentará
en un mes “como un aporte para las nuevas generaciones, en esta etapa
de transición social donde conviven los viejos mandatos patriarcales con
rupturas que proponen formas más equitativas e igualitarias de
relacionarse”.
Fuente: Uno Entre Ríos
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