Lunes, 11 de agosto de 2014
En Entre Ríos, Agmer provincial ya comunicó al CGE
la intención de modificar el régimen de licencias. Los demás gremios
tienen posturas disímiles sobre el tema. Chubut ya tiene su ley.
Marcelo Comas / De la Redacción de UNO
mcomas@uno.com.ar
mcomas@uno.com.ar
Quizás el ámbito de la docencia sea uno de los más
propicios para debatir acerca de la violencia de género. Se trata de una
problemática que conjuga diferentes aristas, que en los últimos años
pudo atenderse en forma más integral mediante el respaldo de una
legislación que amplía los derechos, pero igualmente varios actores
coinciden en que todavía falta mucho camino por recorrer en el tema.
Dentro de ese contexto, el colectivo docente está abocado a
concebir nuevas herramientas que extiendan la asistencia a la víctima,
empezando por el acompañamiento en su entorno particular y todo lo que
implica su tarea en el aula. Si bien se carece sobre estadística en
relación al tema, las experiencias de mujeres golpeadas van en aumento,
lo que obliga a plantearse seriamente un debate dentro de cada gremio.
Por lo general, las maestras que son víctimas de estas
situaciones se ven obligadas a tomar licencia por enfermedad,
psiquiátrica o por imprevisto.
Si bien es cierto que la temática requiere de un abordaje
interdisciplinario, que no atañe solamente a la cuestión laboral ni de
una sola profesión, UNO pretende con este informe hacer un recorte sobre
el acompañamiento que tienen los docentes -en su mayoría mujeres- que
sufren de maltrato de sus parejas y que por las consecuencias que ello
trae aparejado deben solicitar una licencia laboral que no contempla esa
situación de violencia. A raíz de diferentes consultas con
representantes gremiales se pudo constatar que no existe una posición
definida respecto del tema, y solamente Agmer Entre Ríos mantuvo charlas
informales con la titular del Consejo General de Educación, Claudia
Vallori, para modificar el Decreto Nº 5.923, que abarca las licencias
especiales.
En Santa Fe, el gremio Amsafe pretende incluir esta
circunstancia como una de las causas de ausentismo, tomando el
antecedente de la provincia de Chubut, donde una docente accedió a
principios de este mes a una licencia por “violencia de género”, tras
ser hospitalizada por las heridas que sufrió en un ataque de su pareja.
La experiencia entrerriana
En una recorrida por diferentes gremios docentes UNO indagó
respecto del tratamiento que se le brinda a esta problemática, pero en
líneas generales se pudo verificar que existe un vacío legal y en lo
inmediato las acciones se orientan a plantear la inquietud ante
legisladores para la elaboración de un futuro proyecto de ley. Se puede
considerar que el avance más importante en la materia lo dio Agmer
provincial, luego de mantener charlas informales sobre la temática con
la presidenta del CGE. “Hablamos de encuadrar la licencia especial por
violencia de género y ampliar la licencia por enfermedad, por embarazo a
180 días y para el padre de 20 días”, indicó el secretario general del
gremio, Fabián Peccín. Todo surgió a partir de talleres de violencia de
género dictados en Paraná e impulsados por la Ctera. “Se busca adecuar
la norma a los nuevos derechos conquistados. La propuesta de Agmer
contiene algunas correcciones al decreto. Es necesario incorporar
licencias especiales respecto de la situación laboral de las docentes
por problemas de salud”, precisó Peccín.
Consultado por los casos de mujeres maltratadas que
llegaron al sindicato, aseguró: “Tenemos casos registrados de mujeres
que han estado en esta situación y hemos podido dar una solución a
través de los organismos oficiales. Siempre protegiendo la identidad de
las compañeras”. Aseveró que en líneas generales el proyecto de
readecuación tiene varios puntos de coincidencia con el de la provincia
de Chubut. “Todos van por ese camino”, sintetizó.
Sin un protocolo
“No tenemos un protocolo, algo formal, en casos específicos
nos manejamos con nuestra abogada”, dijo Carlos Varela, secretario de
Relaciones Gremiales de la Asociación del Magisterio de Enseñanza
Técnica de Entre Ríos (AMET). El dirigente no descartó que la cuestión
se pueda analizar “en asambleas, en un congreso y que además se pueda
plantear en forma conjunta por los cuatro gremios docentes: AMET, Agmer,
UDA y Sadop”.
El sindicato que tiene representación docente en alrededor
de 100 escuelas entrerrianas donde se desempeñan tanto varones como
mujeres, no cuenta con estadísticas sobre violencia de género, aunque
tomaron conocimiento de algunos casos padecidos por afiliadas, lo que
generó el inmediato repudio de las autoridades. “Las razones por las
cuales los docentes técnicos solicitan licencia se vinculan
principalmente con problemas psicológicos”, deslizó.
Solo atienden la violencia escolar
El sindicato de la Unión de Docentes Argentinos (UDA)
seccional Entre Ríos, presenta una postura clara sobre el tema: se ocupa
solamente de atender casos de violencia escolar, pero no contempla la
realidad de las mujeres maltratadas por sus parejas. Según el planteo de
la secretaria general del gremio, Mirta Raya: “Es un tema que nos
preocupa”, pero a la vez reconoció: “Ahora se trata solamente la
problemática dentro de las escuelas, para casos de violencia de género
habrá otras organizaciones, otros lugares para pedir ayuda y prevenir
esa forma de violencia”.
Sin una política definida que aborde casos puntuales de
violencia contra las mujeres, desde el gremio se dejó entrever que
cuando se presente un caso de este tipo se ocuparán de darle asistencia a
la damnificada. “Nos importa, nos interesa el tema, cuando se trate de
ayudar a mujeres maltratadas. Desde nuestro sindicato las vamos a
ayudar, no tenemos problema”.
“Lo fundamental es que se logró visibilizar con el respaldo
de leyes que brindan diferentes posibilidades de asistencia a la
víctima”, remarcó Raya, poniendo énfasis en la importancia de todas las
políticas estatales destinadas a eliminar los diferentes tipos de
violencia interpersonales.
Los mayores índices de ausentismo entre los docentes
nucleados en este espacio se dan por variadas razones. Por lo general,
las docentes utilizan su licencia laboral por problemas derivados del
trabajo: por estrés y molestias generadas por malas posturas. “Hay aulas
superpobladas, salarios que no alcanzan y todo eso colabora para que el
docente tenga una situación que no sea la mejor”, enumeró la dirigente.
Por un proyecto más integral
La seccional Paraná de Agmer es una de las organizaciones
docentes que se ha ocupado con mayor seriedad del problema, pero sin
avanzar en estrategias que puedan incluir nuevos derechos, tales como la
licencia específica en casos de violencia contra su integridad física.
“Nosotros en los últimos años tuvimos muchos casos y lo fuimos
acompañando en lo particular”, sentenció el secretario de prensa de
Agmer Paraná, Ignacio González Lowy.
Lo cierto es que en el seno del sindicato surgieron ideas
para elaborar un programa concerniente a un régimen de licencias
adaptado a casos de violencias de género, aunque la coyuntura y las
urgencias diarias evitaron que se defina un proyecto de alcance
integral. Al respecto el dirigente argumentó: “No hemos podido plasmar
en un proyecto de ley, por ejemplo, la necesidad de que el Estado
instrumente políticas reales de defensa de las víctimas y de prevención y
condena para los abusadores”.
El representante sindical entendió que una de las premisas
es bregar “por resolver el tema del alojamiento de las mujeres
golpeadas, a partir de la profundización de una política de refugios”.
Sin estadísticas precisas que permitan realizar un
seguimiento de los casos, Lowy recordó que en 2013 se registraron cinco
casos, cuyas situaciones “se resolvían con cuestiones muy precarias”.
Acerca de estas experiencias traumáticas agregó: “En algunos casos hubo
denuncias; por ejemplo tenían que irse de sus casas, no tenían para
alquilar y se dio el caso de una compañera que tenía una casa construida
en el patio de los padres de su marido”.
“Se las derivaba a la Red Alerta; en conjunto con esta
organización se pudo resolver el tema del alojamiento”, explicó respecto
de una de las políticas instrumentadas para contener a las víctimas.
Mencionó que las docentes solicitan licencia laboral por
“causas psicológicas, por exceso de presión, problemas en la garganta y
presentan muchos inconvenientes kinesiólogicos. Llegado el caso de
necesitar licencia por violencia de género acompañaremos hasta las
últimas consecuencias”.
Bregando por nuevos derechos
La dirigencia del Sindicato Argentino de Docentes Privados
(Sadop), seccional Entre Ríos, reconoció que en forma periódica reciben
presentaciones de compañeras víctimas de agresiones en el seno
doméstico. Se trata de casos ocurridos en el interior de la provincia,
sobre los cuales se realiza un seguimiento con los delegados de la
seccionales involucradas. El colectivo de la docencia privada incluye a
alrededor de 9.000 docentes. “No hemos tenido denuncias explícitas,
pero sí nos han comentado sobre alguna situación puntual y hay temor de
denunciarla públicamente. Tuvimos en un lugar de la provincia una
situación de esas características”, manifestó la secretaria general del
gremio, Marta Ciarroca.
La operatoria se inicia con un expediente y acto seguido se
pone en marcha una etapa de acompañamiento. Según un protocolo de
actuación, el caso continúa en Paraná y en algunas situaciones con la
intervención del Ministerio de Trabajo. “Tenemos gente en el interior de
la provincia que está encargada y fueron quienes acompañaron la
denuncia de una compañera por un caso de violencia de género “, opinó
Katerina Arce, secretaria de Derechos Humanos del gremio. Las
trabajadoras de la educación involucradas en este tipo de situaciones
solicitan licencias psiquiátricas. “Vamos a trabajar para incluir una
figura que contemple casos de violencia de género”, informó Arce, Al
respecto acotó: “En este momento no tenemos información nueva sobre la
mujer golpeada; la mujer estaba con licencia”.
Por lo pronto, se intentará lograr un acercamiento con legisladores para que avancen en la presentación de un proyecto que está en plena elaboración. “Está en todo en reserva, pero vamos a avanzar en ese tema porque nos preocupa, lo que es violencia de género”, remarcó la dirigente.
Por lo pronto, se intentará lograr un acercamiento con legisladores para que avancen en la presentación de un proyecto que está en plena elaboración. “Está en todo en reserva, pero vamos a avanzar en ese tema porque nos preocupa, lo que es violencia de género”, remarcó la dirigente.
Con la puesta en marcha de talleres en diferentes lugares
de la provincia, Sadop comenzó a articular acciones para posicionarse en
relación a la problemática. Como primera medida se firmó un convenio
con el Ministerio de Trabajo. Sobre la tarea territorial que se
desarrolla en torno al tema explicó: “La estamos tratando, nos estamos
ocupando”.
El CGE, a favor
La presidenta del Consejo General de Educación (CGE),
Claudia Vallori, confirmó a UNO que es un hecho que se avanzará con
Agmer Entre Ríos en la modificación del régimen de licencias en casos de
mujeres agredidas por sus parejas. Aclaró que las licencias especiales
están incluidas dentro del Decreto Nº 5.923. “Tuvimos las primeras
charlas informales con (Fabián) Peccín sobre esta cuestión, pero todavía
no hay nada firme”, manifestó la funcionaria. Más allá de la intención
de plasmar nuevos beneficios, Vallori dijo: “Se está empezando a
transitar este camino”. Admitió que debieron atender casos de violencia
de género y a los efectos de la protección de las docentes debieron
reubicar a las maestras en otras localidades.
“El docente plantea el problema, realiza una exposición
policial y se avanza en su protección, y la de sus hijos”, remarcó.
Adelantó que se está trabajando para modificar el mencionado decreto,
para que se pueda lograr una reapertura de las condiciones laborales.
“Por ahora la conversación tuvo un carácter informal”, confió la titular
del organismo.
Para la historia
El 12 de abril quedó a marcado a fuego en la historia de la
lucha docente de la provincia de Chubut. Ese día la Asociación de
Trabajadores de la Educación de Chubut (Atech), en el marco de la
paritaria nacional, logró establecer un artículo específico del
Reglamento de Licencias, el 5E, que no solo permite a la docente tomarse
los días que indique su médico, sino además facilita el inmediato
traslado ya sea a otra ciudad o a otra provincia, si la situación lo
requiere.
Desde la aplicación de este nuevo beneficio hubo dos
pedidos en territorio patagónico. Como sucede en la provincia de Entre
Ríos, cada vez que las docentes deben pedir días apelan a una licencia
psiquiátrica, que se constituye en un arma de doble filo. Si bien
todavía resta trabajar en la reglamentación, la visibilización del tema
hizo que primero la Ctera impulsara su otorgamiento en todas las
seccionales del país y a la par ya comenzó a abrirse camino desde el
ámbito legislativo. Es que el diputado nacional Víctor De Gennaro
elabora un proyecto de ley nacional para que todas las trabajadoras, ya
sea del ámbito público como del privado, tengan ese derecho cuando los
golpes, o cualquier otro tipo de violencia, les impida concurrir a sus
trabajos. La propuesta es simultánea con una iniciativa de la
Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), que plantea la
inclusión de la licencia por violencia de género ante la generalización
de casos de mujeres agredidas por sus parejas o exparejas en todas sus
entidades de base.
Excede a la docencia
Desde ATE Rosario vienen trabajando hace dos años con una
propuesta similar. Y lograron interesar a Verónica Benas, diputada
provincial del Partido Pares, que presentó una ley para otorgar ese
beneficio a todo el sector público de Santa Fe. “La compañera puede
gestionarla una vez que tenga la justificación emitida por el Servicio
de Atención a la Víctima de Violencia de Género. La idea es garantizar
el derecho a la licencia, pero también a la atención y asistencia, y
separar este derecho de lo que sería la licencia por enfermedad, que es
otro concepto”, afirmó a Página 12 Benas sobre la iniciativa que ya
tiene estado parlamentario.
La inclusión de esta licencia específica es un objetivo de
Ctera para todo el país. En Santa Fe, en 2013, hubo cinco casos de
violencia de género, algunos graves, que llegaron al sindicato. Por ese
motivo, la semana pasada incluyeron el tema en la reunión de los Comités
de Higiene y Seguridad en el Trabajo que integran empleadores,
sindicatos y el Estado. Consideran que ayudará a visibilizar la
problemática.
Fuente: Uno Entre Rïos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario